Los científicos mexicanos, a la vanguardia en resultados mundiales
No obstante la situación recesiva a la que se ha obligado a la ciencia y la tecnología, en 2006 se presentaron logros de carácter nacional e internacional que hablan de la calidad de los científicos mexicanos, pertenecientes a instituciones públicas de educación e investigación superiores. Su éxito ha sido el resultado de años de investigaciones.
Por ejemplo, el trabajo de los investigadores del Instituto Nacional de Astrofísica, Optica y Electrónica en el Gran Telescopio Milimétrico, en el Cerro de la Negra, en Puebla; las correcciones de científicos mexicanos a los cálculos de la NASA en las expediciones Voyager 1 y 2 a Marte, y el logro de descifrar el mapa genómico completo de una bacteria Rhizobium etli que abunda en el suelo nacional y que encierra datos clave de uno de los procesos que originó y mantiene la vida: la asimilación del nitrógeno, entre otros.
En el primer caso se realizó una inversión cercana a 150 millones de dólares, a lo largo de 10 años, junto con universidades de Estados Unidos el telescopio más grande del mundo, destinado a captar las señales emanadas desde el nacimiento del espacio: en el segundo caso, hace 30 años, cuando las sondas Vikingo 1 y Vikingo II llegaron a Marte para realizar experimentos en su suelo, se determinó que no había vida en el planeta rojo. Pero investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) desmintieron a la NASA, al afirmar que existe la posibilidad de que la vida, representada por microorganismos, sí exista en ese planeta, y que los experimentos de la agencia espacial fueron erróneos.
El resultado de las investigaciones de científicos mexicanos es tan serio que será incorporado en los instrumentos de las naves que EU enviará en 2009 a ese planeta.
En marzo de este año, y por primera vez en México, cuatro científicos de la UNAM lograron descifrar el genoma completo de un organismo vegetal, cuya investigación podría ser una de las bases para curar a futuro enfermedades como la diabetes o para la medicina forense. Se trata, en opinión de Julio Collado Vives, director del Centro de Ciencias Genómicas de la UNAM, de un avance científico que consiste en el estudio de la bacteria rhizobium etli, contenida en el frijol y cuyo beneficio será mejorar su nivel nutricional.
También destacaron la creación, formación de grupos e inicios más formales de los trabajos del Instituto Nacional de Medicina Genómica; el trabajo de investigadores sobre la existencia de un virus que afecta el follaje, especialmente de los cultivos hortícolas, y su medio de transmisión es la mosquita blanca.