Usted está aquí: martes 2 de enero de 2007 Sociedad y Justicia Miles acuden a la Basílica a jurar dejar los vicios

Miles acuden a la Basílica a jurar dejar los vicios

ALMA E. MUÑOZ

Como suele suceder cada año, decenas de personas acudieron a la Parroquia de los Juramentos, en la Basílica de Guadalupe, para prometer que abandonarán los vicios por un periodo determinado, como promesa de Año Nuevo. En su mayoría mostraban aún los estragos de los festejos de Navidad e inicio de año: desveladas, con aliento alcohólico y heridas en la cara que delatan la pérdida del equilibrio; con rostros colorados y abotagados, y otros inclusive, acompañados por quienes les brindaban apoyo hasta para caminar o les empujaban a comprometerse ante las imágenes religiosas.

Uno de ellos dijo: "Ya tengo tiempo jurando, de hecho, mi juramento terminó el 10 de diciembre y prometí que después de las posadas y Año Nuevo dejaría el alcohol de aquí a mayo. Y si funciona, le sigo".

Convencidos de que la fe les ayudará a cumplir con sus promesas, la mayoría se obligaba a firmar la oración que previamente les repartía un sacerdote a la entrada de la Capilla de Santa María de Guadalupe-Capuchinas, hasta por un año. Sin embargo, no todos se conducen con rigor. Hubo uno, por ejemplo, que la víspera de Año Nuevo prometió dejar el alcohol, pero los festejos le hicieron incumplir y acudió a repetir su juramento. Otros más, aprovecharon que iban en familia para también obligarse a algo, como es dejar el cigarro; y hubo quienes de último momento fueron empujados por la esposa, el amigo o la madre.

Jorge, de 35 años, explicó que toma pastas y cocaína; "quiero empezar el año bien. En el trabajo me acaban de ascender y también me acaban de dar casa, pero nunca falta el compa que te ofrezca algo. Soy tablajero, manejo carnes y cuchillos y cuando estás en puntos difíciles, alguien se puede alborotar y te pueden dar un cuchillazo".

En tanto, Juan Escutia, de 33 años, se mostró convencido de que la fe le ayudará a combatir la enfermedad del alcoholismo. "Científicamente no hay cura, y he estado en Alcohólicos Anónimos pero no me ha servido, y sé que hacer el juramento sí ayuda, pero quise esperar a que pasaran las posadas".

 
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