Texto oficial revela las deficiencias del yerno de Gordillo

La SEP exhibe los malos resultados de González Sánchez

KARINA AVILES

De los 5 mil profesores normalistas (30 por ciento del total) que durante 2006 debieron tener acreditada la especialización sobre desarrollo académico para la formación inicial de maestros, ninguno lo pudo hacer. Este objetivo ­que involucra a las normales, área en la que antes estaba el hoy subsecretario de Educación, Fernando González Sánchez­ no registró ningún avance durante los seis años de la pasada administración porque "no se elaboró el plan de estudios ni sus programas correspondientes", revela el informe de rendición de cuentas 2006 de la Secretaría de Educación Pública (SEP).

El nombre del yerno de Elba Esther Gordillo, Fernando González Sánchez, se ha vinculado por el cargo directivo que antes desempeñaba en dicha dependencia, al de la problemática de la reforma de las normales. En el documento se establece que "hasta 2004 sólo se había revisado y actualizado un poco más de 16 por ciento de los programas de educación artística de la educación normal quedando pendiente su avance al final" del sexenio.

Otro de los grandes objetivos incumplidos por el gobierno de Vicente Fox fue en materia de las tecnologías de información para la enseñanza. De los 100 centros de tecnología educativa prometidos para 2006, sólo se tenían reportados 31 en 2004 y "no se cuenta con información para 2005 y 2006".

De los "10 mil maestros líderes de proyectos educativos en línea" que el gobierno ofreció formar en 2006, apenas se habían preparado 348 en 2004, mientras que de los 4 mil 600 artículos que actualizarían el portal educativo Repiensa durante el año pasado apenas había 534 en 2005.

El documento destaca también los asuntos pendientes en educación media superior y superior que fueron heredados a la administración de Josefina Vázquez Mota. En el nivel de bachillerato, la principal meta incumplida ­y una de las más urgentes en ese grado de estudios­ es la expansión del bachillerato y el crecimiento de la matrícula.

En cuanto a la reducción de la desigualdad en el acceso, todavía hay estados como Chihuahua, Guanajuato, Guerrero, Jalisco y México, que no alcanzaron la tasa de cobertura que los sitúe al menos en la media nacional.

Tampoco se logró la aplicación de la normatividad que permita ejecutar los diferentes mecanismos para atender las necesidades de la diversidad y el reconocimiento de estudios para evitar el abandono escolar. La interrupción de los estudios, obedece principalmente a la falta de recursos económicos.

Otra de las tareas que se quedaron sin realizar es la de contar con un funcionamiento regular de los planes de estudio de los tres tipos de bachillerato, por lo que no se establecieron los mecanismos para articular el bachillerato tecnológico, general y profesional técnico.

Además, los programas dirigidos a la mejora de las condiciones de los profesores, a la adquisición de infraestructura y equipo no lograron tener un fondo presupuestal, por lo que están sujetos a los vaivenes de año con año, apunta el informe.

En el nivel superior, el déficit de la cobertura sigue como el principal objetivo pendiente, sobre todo entre los jóvenes que habitan en las zonas más marginadas del país.

A ello se suma la falta de cumplimiento para destinar el uno por ciento del PIB a la educación superior. En este sentido se recomienda a la administración de Vázquez Mota insistir en obtener mayores recursos en el rubro e impulsar "de manera más consistente" la inversión en ciencia y tecnología que, para este año, ya tuvo una reducción de 0.37 por ciento a 0.35 por ciento del PIB.

En 2006 se propuso que las instituciones públicas de educación superior contarían con infraestructura básica para el cumplimiento de sus funciones. Sin embargo, ni siquiera se lograron tener los datos de las condiciones de operación de infraestructura de la mayoría de las universidades, por lo que se desconocen sus necesidades reales de equipamiento, concluye el informe.