Hembras con crías dejan de hibernar porque hay suficiente alimento: FOP
Inviernos tibios le quitan el sueño a los osos europeos
Anticipan meteorólogos altas temperaturas históricas para Gran Bretaña y España
Ampliar la imagen No podemos comprobar que la no hibernación es causada por el calentamiento global, pero todo apunta en esa dirección, dice Juan Carlos García, profesor de la Universidad de Santander.
Madrid, 4 de enero. Los osos han dejado de hibernar en las montañas del norte de España, en lo que podría ser una de las más claras señales de lo mucho que los cambios climáticos han afectado el mundo natural.
En diciembre, mientras las abejas, mariposas e incluso golondrinas aún revoloteaban en Gran Bretaña, los osos pardos europeos todavía podían ser vistos en los bosques de los montes españoles de Cantabria, cuando normalmente debían ya estar en su largo sueño anual.
Se supone que los osos deben dormir en el invierno, disminuyendo sus ritmos orgánicos al mínimo y subsistiendo mediante su grasa acumulada, porque el clima helado hace que la comida sea escasa. Uno de estos animales, que al hibernar apenas respira, puede perder hasta 40 por ciento de su peso corporal antes de que los despierte la primavera.
Pero muchos de los 130 osos de la cordillera del norte de España que presentan ligeras variaciones genéticas de las poblaciones de osos de otros lugares del mundo se han mantenido activos durante las estaciones frías recientes, anunciaron hace poco estudiosos de la Fundación del Oso Pardo (FOP) de España.
El cambio afecta sobre todo a hembras con crías, que ahora encuentran que hay suficientes nueces, bellotas, castañas y bayas en las montañas como para que, desde un punto de vista de conservación de energía, valga la pena seguir alimentándose, explicaron los científicos con sede en la capital cantábrica de Santander al diario El País.
"Si el invierno es benigno, las hembras prefieren hacer el esfuerzo de mantenerse despiertas para buscar alimento, señaló Guillermo Palomero, presidente de la FOP y coordinador del plan nacional de conservación de osos.
Este cambio en el patrón de conducta se debe a inviernos más cálidos, afirma Palomero.
"Las cumbres cantábricas se congelan todo el invierno, pero nuestros equipos de observadores han podido seguir huellas frescas de grupos de osos".
La FOP es financiada por el Ministerio de Medio Ambiente español y las regiones autónomas de Cantabria, Asturias, Galicia y Castilla León.
Inferencias de que los osos continúan sus actividades durante el invierno en esas regiones se han detectado desde hace tiempo, pero sólo en los tres últimos años, esos indicios han aparecido "con absoluta certeza", según científicos.
"Madres con oseznos hacen el esfuerzo de seguir buscando nueces y bayas, si hay suficientes y si la nieve es poca", sostuvo el señor Palomero que agregó que incluso para aquellos osos en su mayoría machos maduros que sí hibernan "el periodo de sueño se vuelve más corto cada año".
Revolución en la conducta
Todo sugiere que el calentamiento global es responsable de esta revolución en la conducta, señala Juan Carlos García Cordón, profesor de geografía de la universidad de Santander en Cantabria y especialista en climatología.
"Hay poca información meteorológica sobre las montañas, pero parece que el calentamiento es más notable en los valles en que se acumula el aire frío. Hay una disminución de las nevadas, que no alcanzan a cubrir la vegetación, lo que hace que la comida permanezca visible. Debido a que el otoño llega más tarde y la primavera se adelanta, los osos tienen todo un mes más para alimentarse", observa García Cordón.
"No podemos comprobar que la no hibernación es causada por el calentamiento global, pero todo apunta en esa dirección", agrega.
Meteorólogos españoles predicen que este año tendrá el invierno más cálido jamás registrado en España, de la misma forma en que este será el año con más alta temperatura en Gran Bretaña, desde que se iniciaron los registros en 1659.
Primero los polos
El doctor Mark Wright, asesor científico del Fondo Mundial para la Naturaleza en Gran Bretaña (WWF, por sus siglas en inglés), afirmó que "el que los osos estén renunciando a la hibernación es lo que se esperaría del cambio climático. En sí mismo, este fenómeno no comprueba el sobrecalentamiento, pero es consistente con lo que se predijo. Lo que es particularmente interesante con este calentamiento parece estar ocurriendo con más rapidez en los polos y y en zonas de mayor latitud, aunque también tenemos ejemplos de que está ocurriendo más al sur y acercándose al ecuador".
"Creo que esto es un indicador de lo que vendrá. Demuestra que el cambio climático no es un fenómeno natural y que algo está afectando no sólo el clima, sino haciendo impacto en la naturaleza de formas que aún no entendemos".
La versión cantábrica del oso pardo, una especie protegida, alguna vez estuvo tan amenazada como el lince ibérico y el águila imperial de España, pero ahora el número de ejemplares está en aumento. A principios de los años 90 había entre 70 y 90 osos en las montañas del norte de España; ahora se calcula que su número es de alrededor de 130.
© The Independent
Traducción: Gabriela Fonseca