Usted está aquí: viernes 5 de enero de 2007 Cultura Activistas proponen usar Internet para combatir la desinformación

ACP busca organizar a la gente contra monopolios

Activistas proponen usar Internet para combatir la desinformación

PAULA MONACO, FERNANDO CAMACHO

Frente al alineamiento de los grandes medios de comunicación con el poder político y económico, desde hace varios años ha surgido una respuesta en Internet que busca tener éxito ahí donde el periodismo "tradicional" fracasó: el ciberperiodismo, herramienta para frenar el sometimiento y la desinformación de los pueblos.

Son palabras de Alain-Gilles Bastide, secretario general de la Asociación de Ciber Periodismo (ACP), con sede en París, quien pasó una temporada en México para encontrarse e intercambiar experiencias con organizaciones civiles.

En entrevista con La Jornada, Bastide delinea los objetivos y formas de operar de esta variante del periodismo y reflexiona sobre el valor de la participación ciudadana en la conformación de un contra-poder, al margen de los medios corporativos.

Los dos principales instrumentos del ciberperiodismo, explica, son el testimonio de la gente y las facilidades que brindan las nuevas tecnologías para darle cauce a éste. Con ello se puede "establecer un sistema de información ciudadano independiente", alternativo al de los intereses empresariales.

La ACP se vale de una extensa red de colaboradores cuyos textos se agrupan en categorías temáticas, como medio ambiente, salud, guerras, contracultura y justicia y libertad, o divididos geográficamente en Europa, Asia, Medio Oriente, Africa y las Américas.

Para difundirlos cuenta con un sitio de Internet (http://cyberjournalistes.org), recién remodelado, donde publican artículos, fotografías, reportajes y videos, excepto aquellos con propósitos racistas, homófobos, pedófilos y/o sectarios.

A diferencia de los blogs y otros espacios cibernéticos de expresión personal, donde muchas veces se reproduce abundante información de manera desordenada, la ACP busca realizar un trabajo de redacción que facilite y ordene la lectura.

Para apoyar el trabajo de sus colaboradores, la asociación ideó una credencial internacional de ciberperiodista, que facilita el acceso a fuentes y lugares normalmente vedados a los ciudadanos de a pie.

Así, explica, cientos de personas han podido ingresar a lugares "prohibidos" en Afganistán, Cuba y países del desaparecido bloque soviético, entre otros, donde realizaron trabajos que pronto estarán traducidos.

Testimoniar, señala Bastide, "siempre fue un acto peligroso, y lo es más en estos tiempos, cuando el poder tiene más miedo a una cámara digital que a un Kalashnikov (los fusiles conocidos como AK-47)".

Para muestra, cita el reciente asesinato del estadunidense Bradley Will, de Indymedia, en Oaxaca, o la destrucción de un centro de información alternativa en Génova en 2001, durante la cumbre de los ocho países más industrializados del mundo.

Para enfrentar los riesgos "tenemos que ser muy inventivos y cuidadosos. No se trata tampoco de ir a la masacre". Esta respuesta violenta, considera el francés, se debe a que los monopolios mediáticos están perdiendo poder de convencimiento.

 
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