Usted está aquí: sábado 6 de enero de 2007 Política Calderón buscará enviar señales de acercamiento con gobiernos de AL

Asistirá al cambio de poderes en Nicaragua el miércoles

Calderón buscará enviar señales de acercamiento con gobiernos de AL

CLAUDIA HERRERA BELTRAN

El presidente Felipe Calderón se encontrará por primera vez con los mandatarios de Venezuela, Bolivia e Irán, entre otros, el próximo miércoles, durante la ceremonia de investidura de Daniel Ortega como presidente de Nicaragua.

En su primera gira internacional, el mandatario mexicano buscará enviar señales de acercamiento con gobiernos de izquierda de América Latina, e incluso tendrá ocasión de asistir como invitado
de honor junto a opositores al régimen de George W. Bush, entre ellos los presidentes de Venezuela, Hugo Chávez, y de Irán, Mahmud Ahmadinejad.

Más allá de su participación en el cambio de poderes en Nicaragua, Calderón se llevará un significativo recuerdo del regreso de Ortega al poder. Como los otros 13 jefes de Estado y de gobierno que han confirmado su asistencia al acto, recibirá la Orden de la Unidad Latinoamericana, producto del primer decreto del nuevo Ejecutivo del país centroamericano.

Daniel Ortega, de 61 años, inicia un periodo de cinco años tras su triunfo en las elecciones presidenciales del pasado cinco de noviembre.

Después de tres derrotas en las urnas, el aún presidente electo y el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) vuelven al gobierno, casi 17 años después de haber salido de él, el 25 de febrero de 1990.

Con ese motivo, el sucesor de Enrique Bolaños preparó una serie de ceremonias y festejos, sin precedente en la historia reciente de Nicaragua, los cuales tendrán un costo de cien mil dólares y congregarán a unos 2 mil invitados extranjeros y aproximadamente mil periodistas.

El gobierno nicaragüense hasta creó una página de Internet especial para informar de los detalles de la ceremonia a la que asistirán también, según lo informado por la cancillería de ese país, los mandatarios de Panamá, Martín Torrijos; de Colombia, Alvaro Uribe; de Taiwán, Chen Shui-bian; de Perú, Alan García; de República Dominicana, Leonel Fernández; de Costa Rica, Oscar Arias; de Honduras, Manuel Zelaya, y de El Salvador, Elías Saca, además del príncipe Felipe de Borbón, heredero de la corona española.

La ceremonia de transmisión de mando se realizará en la Plaza de los No Alineados Omar Torrijos, en Managua, construida durante el gobierno sandinista y que fue escogida de última hora para darle un mayor contenido simbólico al evento.

Calderón se encontrará con un mandatario nicaragüense que, como él, se esfuerza por establecer desde ahora un nuevo estilo de gobierno.

A escasos días de su toma de protesta, Ortega anunció que no llevará traje, sino una camisa para imponer una nueva moda más sencilla en el gobierno entrante.

En abono a esta imagen, no ocupará la actual oficina del presidente, porque es de lujo, sino tendrá su despacho en el Centro de Convenciones Olof Palme, edificado también por el gobierno sandinista en homenaje al primer ministro sueco asesinado en 1986.

Luego se efectuará una fiesta popular con danzas folklóricas nicaragüenses en la Plaza La Fe Juan Pablo II, una explanada a orillas del lago de Managua.

De acuerdo con información del gobierno de Nicaragua, la ceremonia de investidura, el próximo día 10, estará rodeada de una seguridad sin precedente, la cual incluirá el despliegue de unos 7 mil agentes que resguardarán las plazas relacionadas con la ceremonia, el aeropuerto, carreteras y los hoteles donde se hospedarán las delegaciones extranjeras, los que por cierto ya están copados.

Daniel Ortega en 2007

Calderón se encontrará con un Ortega distinto al de los años 70, cuando fue uno de los nueve comandantes de la revolución sandinista que, tras derrocar el 19 de julio de 1979 a la dictadura de Anastasio Somoza, coordinó la junta de gobierno de reconstrucción nacional. Fue presidente de la República de 1985 a 1990.

El líder sandinista obtuvo el triunfo en las urnas con una estrategia de dividir a los liberales, sus principales adversarios; reconciliarse con el líder de la Iglesia católica, el cardenal Miguel Obando y Bravo, así como una campaña basada en "la unidad nacional, la reconciliación, paz y amor".

Como parte de su estrategia también se acercó a los empresarios. Eligió como compañero de fórmula electoral y candidato a vicepresidente al ex banquero y diputado liberal Jaime Morales Carazo, ex jefe negociador de la "contrarrevolución" durante el régimen sandinista.

 
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