Comentan el libro Y los niños también van al exilio
Presenta De la Lama mirada irónica sobre el destierro
El autor recrea su salida de España por la Guerra Civil
Felipe de la Lama en Y los niños también van al exilio "escribe sus memorias de niño y de sus primeros años en México. Felipe en este libro y en su vida se manifiesta como un hombre irónico, y la ironía, que es una categoría filosófica, es una de las formas de las cuales nosotros podemos apropiarnos de la realidad sin dejarnos abrumar por ella y con un poco de humor", expresó el historiador José Antonio Matesanz.
El investigador del Colegio de México comentó que De la Lama presenta un realismo a veces descarnado, humorista, irónico e interesante. "Es una selección de aquello muy significativo en su vida, pero existe un sentimiento realista e irónico".
Es muy bueno que nosotros tengamos este tipo de testimonio, agregó el historiador, para recordar lo angustioso, lo terrible; para que esa memoria no se pierda y para que todos y cada uno de nosotros hagamos lo posible para que estas situaciones no se repitan.
José Antonio Matesanz reiteró que la obra de Felipe de la Lama "permite tener un testimonio valioso que nos da una visión de historia más compleja, más humana, más real, porque la historia está hecha de contradicciones".
El volumen Y los niños también van al exilio (editorial Porrúa), se presentó hace unas semanas en el Casino Español de la ciudad de México con los comentarios de Dolores Pla Brugat, investigadora de la Dirección de Estudios Históricos del Instituto Nacional de Antropología e Historia, quien se refirió a la llamada segunda generación de exiliados de la Guerra Civil española, los niños que fueron enviados a Francia, Bélgica, la URSS, Suiza y México.
"Felipe nos comparte unos recuerdos que arrancan desde las imágenes vividas en Madrid el día de la proclamación de la República, en 1931, cuando él tenía cuatro años, hasta su establecimiento en México a fines de la década de los 40", indicó Matesanz
Agregó que el autor "permite conocer cómo en Francia en aquel tiempo no falta la solidaridad, el respeto y el afecto. La memoria de la crueldad de los campos de concentración ha cubierto en buena medida los muchísimos gestos de solidaridad francesa".
La representante Regional del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, Marion Hoffman, expresó que espera que el libro "contribuya y sensibilice a la gente en estos momentos porque necesitamos luchar contra la discriminación, la intolerancia y humillación para ayudar a las personas que necesitan asilo y refugio".
En su intervención, el consejero de Educación de la embajada de España en México, Miguel Moreta Lara, señaló que el lector que se adentre en el texto de De la Lama asistirá a la ejemplificación de la vida cotidiana, de una época ingrata y de un país, Francia, que fue a ratos cruel con ese grupo de españoles abocados a un exilio doloroso. Destacó que "las condiciones de absoluta miseria e insalubridad en las que consiguieron sobrevivir este grupo de desterrados son difícilmente tolerables y descriptibles.
Sin embargo, el lector podrá hacerse una idea mediante una de las asociaciones que recorren estas "páginas del hambre y los productos antigastronómicos". Moreta Lara resaltó que Felipe de la Lama refleja en su texto optimismo y esperanza, "el vitalismo como ley de vida que pregona ante la experiencia de ganarse el pan en el exilio".