Revela el Episcopado que el religioso colaboró con la policía secreta del antiguo régimen
Poco antes de ser investido como arzobispo de Varsovia, renuncia Stanislaw Wielgus
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Simpatizantes de Stanislaw Wielgus se manifestaron ayer frente a la Curia en Varsovia para expresar su apoyo al recientemente designado arzobispo de esa ciudad, que finalmente renunció ayer a ser investido tras ser acusado de haber sido espía de la policía secreta del antiguo régimen
Foto: Reuters
Varsovia, 7 de enero. El recién designado arzobispo de Varsovia, Stanislaw Wielgus, renunció hoy a su cargo unos minutos antes de ser investido en la catedral de esta capital, donde una comisión especial del Episcopado reveló que el prelado colaboró con la policía secreta del antiguo régimen político, monopolizado por el Partido Obrero Unificado Polaco hasta su caída, en 1989.
La comisión de la jerarquía católica polaca dio a conocer el viernes pasado el mismo día que Wielgus, de 67 años, asumió sus funciones como arzobispo que el religioso fue coptado por los servicios secretos en 1967, cuando era un joven sacerdote que iniciaba estudios de filosofía en la Universidad Católica de Lublin, donde se doctoró con la especialidad en estudios medievales, y de la cual fue rector.
Wielgus, obispo de la ciudad de Plock, desde 1999, fue nombrado arzobispo de Varsovia por el papa Benedicto XVI, el 6 de diciembre pasado.
La influyente emisora Radio María, que reivindica una audiencia de tres millones de personas en este país de 38 millones de habitantes, defendió afanosamente la designación de Wielgus, quien se vio obligado a reconocer su colaboración con la policía secreta del extinto régimen, conocida como SB, por sus siglas en polaco.
"No realicé ninguna tarea de espionaje", aseguró el prelado en una carta difundida el sábado, donde pedía a sus compatriotas que lo acepten como arzobispo de Varsovia. "Nunca traicioné a Cristo y su Iglesia ni dañé a nadie con mis palabras o actos", agregó.
Por la noche del sábado, la televisión polaca difundió la versión de que las autoridades gubernamentales polacas y funcionarios del Vaticano sostuvieron "importantes conversaciones" sobre el asunto, por lo que la ceremonia de investidura había quedado en suspenso.
Este domingo, la nunciatura apostólica en Polonia difundió un comunicado en el que escuetamente señaló que Wielgus presentó su dimisión ante Benedicto XVI, quien aceptó la renuncia.
A la eucaristía dominical en catedral acudieron jerarcas católicos y dirigentes del gobierno polaco, encabezados por el presidente Lech Kaczynski, pero la ceremonia de investidura se convirtió en una misa en honor del cardenal Jozef Glemp, quien dijo que la "salida sin precedente" de Wielgus fue resultado de un "juicio" basado en documentos, que en realidad son "copias de copias".
Sobre ese mismo punto, el vocero del Vaticano, Federico Lombardi, dijo que "la actual ola de ataques contra la Iglesia católica en Polonia, a tantos años de distancia del final del régimen comunista, tiene el aspecto de una extraña alianza entre los perseguidores del pasado y sus adversarios".