Es una "causal" para que se le reduzca al estado laico
El escándalo público, arma contra cura fugado, dicen arquidiócesis
Las arquidiócesis de México y Puebla aseguraron que el Vaticano cuenta con una "causal muy fuerte" para reducir al estado laico al sacerdote Nicolás Aguilar Rivera: "el gran escándalo público" provocado por sus abusos sexuales en contra de menores de edad.
Argumentaron que la jerarquía católica tardó casi 20 años en pedir la intervención de Roma porque en los años en que se dieron a conocer los presuntos ilícitos cometidos por el cura en contra de menores (en los ochenta y noventa), ninguna víctima lo denunció ante las autoridades eclesiásticas.
Lo curioso es que en la solicitud presentada en el Vaticano hace dos semanas por un grupo de obispos mexicanos se especifica que tampoco hay una demanda que permita iniciar un juicio canónico al religioso, por lo cual sólo se busca una sanción administrativa en su contra.
Los voceros de ambas curias, los presbíteros Hugo Valdemar y Eugenio Lira, confirmaron que el último permiso otorgado a Nicolás Aguilar para oficiar como sacerdote se dio en 2001, derivada de la solicitud que hizo ante el cardenal Darío Castrillón, ex prefecto de la Congregación para el Clero, y su pariente, el también cura Guillermo Nájera, aduciendo "razones humanitarias, porque van operar al padre".
De tal manera que el arzobispo de Puebla, Rosendo Huesca, le otorgó un permiso provisional, por dos meses, para oficiar en el poblado de Santa Clara, "en lo que él aclaró a Roma por qué no le quería dar las licencias, y el Vaticano le concedió la razón al señor Huesca. Entonces, éste le pidió a Nicolás Aguilar que se retiara de su arquidiócesis".
Hugo Valdemar puntualizó, por cierto, que no será este mes cuando los representantes legales del cardenal Norberto Rivera Carrera en Estados Unidos presenten, como esperaban, pruebas en favor del religioso ante la Corte Superior de California, para refutar la primera denuncia en su contra por presunto encubrimiento al sacerdote, "porque no hemos terminado de recopilar las pruebas, estamos en espera de algunas cosas que estamos afinando".
Posiblemente, afirmó, "sí tenga que ser en la fecha que nos propuso el juez de la Corte en Estados Unidos", el 19 de febrero. No obstante, aclaró que la notificación no les ha llegado, pero los abogados recomendaron que "nosotros mismos nos presentemos, que es mejor que podamos adelantar la presentación de pruebas y no estar esperando que siga todo el proceso, que es largísimo".
En tanto, respecto a las acusaciones que Joaquín Aguilar, víctima en 1985 del sacerdote hoy en fuga y principal denunciante del cardenal Rivera en la Corte estadunidense, señaló ayer a este diario, respecto a que el cardenal Rivera "monta un circo para limpiar su nombre" o la Iglesia trate de encubrir a violadores, el vocero del arzobispado de Puebla indicó que no es así, y que la Iglesia toma medidas para sancionar. Lo cierto es que este hombre "en realidad ha actuado con una tremenda astucia".
Sobre los cuestionamientos que hizo en torno a la dilación de la jerarquía católica para solicitar la intervención del Vaticano, Hugo Valdemar, por su parte, aseguró que "durante la década de los ochenta ninguna persona interpuso una demanda canónica contra el padre Nicolás. Si Joaquín Aguilar hubiera interpuesto la demanda canónica, como se le sugirió en 1995, hubiera colaborado con nosotros para que se hubiera podido castigar al sacerdote. Entonces Joaquín es responsable de que no se le haya castigado".
Pero en la solicitud de los obispos al papa Benedicto XVI tampoco hay demanda formal de víctimas.
Exactamente, lo que se está solicitando al Vaticano es que se proceda administrativamente, porque para hacer el juicio necesitaría presentarse Nicolás, y como él no está presentable, porque no lo encontramos por ningún lado, entonces lo que se presenta son una serie de elementos surgidos a partir de que este escándalo se hace público en los medios, y entonces ahora sí creemos tener suficientes elementos para pedir a Roma que se le suspenda.
Los religiosos precisaron que la solicitud de intervención del Vaticano para reducir al estado laico a Nicolás Aguilar tiene algunas causas confidenciales, pero otras son públicas: por ejemplo, "el gran escándalo público; el gran daño que ha provocado que emerjan a la luz pública este tipo de abusos del padre Nicolás. Esa es una causal muy fuerte para que se le suspenda", concluyeron.