Controlar la situación en el país ocupado puede tardar otros tres años: jefe militar de EU
Más tropas a Irak, la "nueva estrategia" de Bush que ya enfrenta amplio rechazo
Más de 20 mil muertos durante 2006, indican cifras de la Secrataría de Salud iraquí
Ampliar la imagen Familiares acudieron ayer a la morgue del hospital Kindi, en Bagdad, a reconocer los cuerpos de seis víctimas de la violencia sectaria que se vive en Irak Foto: Ap
Nueva York, 8 de enero. El presidente George W. Bush anunciará el miércoles su nueva estrategia para la guerra en Irak, que inlcuye el envío de más tropas a esa nación, no obstante el rechazo de la mayoría de los estadunidenses.
En un discurso a la nación que se transmitirá este miércoles a las 21 horas (local), Bush ofrecerá un discurso cuyo tema, hace unos días, fue calificado por un vocero como "la victoria, ganar", pero que ahora será "el sacrificio". El nuevo plan, según han informado altos funcionarios del gobierno a los medios aquí durante los últimos días, incluirá un incremento de tropas de hasta cinco brigadas (unos 20 mil soldados en total) y una serie de metas impuestas al gobierno de Irak para calmar las tensiones sectarias y estabilizar al país.
El plan, según diversas fuentes, también incluirá mayor inversión de hasta mil millones de dólares en proyectos económicos para generar empleo y más servicios sociales, además de abrir el ámbito político y finalizar un plan para la distribución de ingresos petroleros.
Pero aún con el envío de más tropas, imponer algún tipo de control sobre la situación en Irak podría tardar "otros dos o tres años", considera Raymond Odierno, comandante estadunidense de operaciones en Irak. El envío de 20 mil tropas, que se realizaría en varias fases, elevaría el número de fuerzas estadunidenses en Irak a unos 160 mil efectivos, la misma cantidad que participó en la invasión hace casi cuatro años.
El New York Times informó hoy que los comandantes estadunidenses en Irak reconocen en privado que el nuevo plan de Bush representa la última opción para convencer a los estadunidenses de que vale la pena persistir en esta guerra, después de más de 3 mil soldados muertos y un costo total que está por llegar a los 450 mil millones de dólares.
Mínimo apoyo
Aun antes de ser anunciado formalmente, el nuevo plan de Bush no cuenta con amplio apoyo; público, políticos expertos e incluso militares lo han rechazado.
Una encuesta de CBS News divulgada esta noche registra que 59 por ciento de la población opina que es hora de empezar a reducir o retirar por completo las tropas. Dos de cada tres creen que el derrocamiento de Saddam Hussein y la guerra no valieron la pena dado los altos costos humanos y económicos; 71 por ciento opina que las cosas "van mal" para Estados Unidos en Irak, y 72 por ciento desaprueba el manejo de la guerra por Bush.
Una encuesta reciente entre tropas estadunidenses reveló que sólo poco más de un tercio apoya el manejo de la guerra del comandante en jefe, mientras que varios expertos diplomáticos y militares se han sumado a un coro de desaprobación de la política bélica de Bush hasta la fecha. Los dos generales que hasta ahora han sido los encargados de la guerra han expresado su oposición a un incremento en el número de tropas, al señalar que casi todos los comandantes en la zona del conflicto comparten su posición.
Mientras, los comentarios del general Odierno y otros que advierten que la guerra aún podría durar dos años o más, sólo nutren la especulación de que ahora la jugada es tratar de aguantar el desastre y trasladar los costos políticos de una posible derrota en Irak al próximo presidente.
En tanto, el nuevo liderazgo demócrata de la Cámara continúa con sus advertencias al presidente sobre la renuencia a la propuesta de incrementar el número de tropas, además de que toda nueva medida en Irak será evaluada por la Legislatura.
Sin embargo, tampoco hay consenso entre los demócratas sobre qué hacer en torno a la guerra, y sus líderes condicionan su oposición a la propuesta de Bush con la promesa de "jamás" vulnerar a las tropas que están en Irak, e indican que están dispuestos a estudiar los argumentos del presidente para un incremento de efectivos.
A su vez, Bush continúa reconfigurando al equipo diplomático y militar que será el encargado de aplicar su nueva estrategia. Hoy se anunció oficialmente que el presidente nombrará a su embajador en Irak, Zalmay Khalilzad, como el próximo representante de Estados Unidos ante la Organización de Naciones Unidas, mientras que el embajador Ryan Crocker será trasladado de Pakistán a Irak para ocupar la embajada en Bagdad.
Bush buscará enfatizar, una vez más, que la seguridad de Estados Unidos depende de esta guerra en Irak, que ese sigue siendo el frente central en la gran guerra contra "el terrorismo". El temor, una vez más, será empleado para justificar el "sacrificio" necesario.
Esta mañana, la ciudad de Nueva York despertó con un fuerte olor a gas natural, lo cual provocó la suspensión de servicio de trenes suburbanos, la evacuación de algunos edificios del lado oeste de la isla de Manhattan y el despliegue de equipos de emergencia. Para el mediodía no se había logrado ubicar la fuente del olor y el alcalde Michael Bloomberg informó que no se había detectado nada preocupante. En Miami, a la vez, la policía detonó una carga para destruir lo que sospechaban podría ser un explosivo C-4 en un muelle para naves crucero de turistas. Cerca de Sugarland, Texas, equipos de emergencia tuvieron que controlar el escape de un elemento químico de un camión, lo cual implicó evacuar la zona, ya que la esencia tóxica podría provocar síntomas de asma en la gente. A la vez, en Austin, Texas, se cerró la zona del centro mientras las autoridades intentaban determinar por qué amanecieron muertas decenas de aves en las calles de la ciudad.
Aunque fueron eventos no relacionados y todos concluyeron sin mayores consecuencias, continúan generando un clima propicio para aquellos interesados en nutrir la presencia permanente de una "amenaza terrorista" aquí.
Mientras la cúpula política aquí continúa con el debate de sus "nuevas" estrategias, también se mantiene la contabilidad macabra de la guerra. Estadísticas de la Secretaría de Salud de Irak filtradas a medios concluyen que durante el primer semestre de 2006 fueron asesinados 5 mil 640 civiles y policías iraquíes, mientras que esa cifra se triplicó durante el segundo semestre con saldo de 17 mil 310, para un total de 22 mil 950 en el año, reportó hoy el Washington Post. Otros calculan más, otros menos. Al parecer, ya nadie tiene la cuenta precisa de cuántas víctimas van en nombre de "la paz", "la libertad" y "la democracia" en Irak y cuantas más habrá mientras se debate el futuro de ese país... no en Bagdad, sino en Washington.