Alertan ONG sobre posibilidad de que disminuya aquí atención a temas ambientales
Sacan de México oficina regional del PNUMA; la llevan a Panamá
El gobierno federal no hizo lo necesario para retener la sede, de acuerdo con Greenpeace
Ampliar la imagen Organizaciones no gubernamentales lamentaron que saliera de México la sede regional del PNUMA. En la imagen, bosque de Cuajimalpa Foto: Francisco Olvera
Después 32 años de operación en México, la oficina regional del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) cerró sus instalaciones, y desde ayer trabaja en Panamá.
Así, la importancia del tema podría disminuir aquí, ya que deja de ser sede de una oficina determinante en las políticas del sector, señaló el Centro Mexicano de Derecho Ambiental (Cemda).
En México sólo quedó un despacho del PNUMA a cargo del especialista Enrique Left, quien se desempañaba como coordinador de la Red de Formación Ambiental del programa.
Esta medida sería la primera de una serie de cambios que se darán como parte de la política de Naciones Unidas.
Además Panamá estaría dando facilidades para el establecimiento de las oficinas en su territorio; entre los apoyos del gobierno de ese país centroamericano están instalaciones gratuitas y exención del pago de impuestos.
El PNUMA ha impulsado el desarrollo de políticas del rubro de los países de la región, pero en particular en México, ya que, de acuerdo con organizaciones ambientalistas, la presencia de la sede regional en el país aceleró este proceso. Un ejemplo es que era usual la presencia de su director, Ricardo Sánchez, en el anuncio de programas y acciones gubernamentales del sector.
Tras la Cumbre de Río de 1992, y como una exigencia del PNUMA de que las naciones contarán con ministerios de Medio Ambiente, en México se creó en 1994 la secretaría del ramo y paulatinamente el país se adhirió a diversos convenios internacionales, como el de Montreal, sobre los fluorocarbonos, y el de Cartagena, en torno a la biodiversidad; además, se estableció la legislación ambiental.
El PNUMA se formó como resultado de las negociaciones de la primera conferencia de Naciones Unidas sobre el Medio Humano, celebrada en 1972 en Estocolmo. Ahí se recomendó la creación de una agencia ambiental y como resolución de la Asamblea General se estableció el PNUMA, cuya sede central está en Kenia y se decidió que para América Latina y el Caribe la sede regional sería México, donde se abrió en 1974.
El medio ambiente comenzó a ser una preocupación de los gobiernos a finales de los años 60, por lo que, tras la conferencia de Estocolmo, los países industrializados determinaron incorporar el tema en sus políticas.
Aunque la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales no se ha pronunciado al respecto, las organizaciones ambientalistas lamentaron la salida de México de esa oficina.
Para Gustavo Alanís, director del Cemda, "puede tratarse de una medida administrativa" de la ONU tendiente a reducir costos, personal, "pero para México significa la pérdida de un anclaje del medio ambiente para toda la región".
Consideró que desde aquí el PNUMA emitía las directrices en la materia. "Se pierde esta posibilidad y tener más marcados los temas a nivel nacional", así como mayor presencia mediática.
Alanís aseveró que "se baja el perfil del tema en el país, a pesar de que empezaba a posicionarse, lo cual sigue siendo un reto". Además, tener la oficina en México "era parte de la presión para el gobierno y el sector empresarial" en cuanto a la aplicación de políticas ambientales.
Agregó que no se debe perder de vista que la mexicana Alicia Bárcena está muy cerca del secretario general de la ONU y se trata de una persona muy ligada al tema ambiental, ya que fue subsecretaria de Ecología en el gobierno de Carlos Salinas.
De acuerdo con Greenpeace, aunque se trata de una decisión de la cancillería, el gobierno no hizo lo necesario para retener al PNUMA, a pesar de los beneficios que ha dado al país, como la capacitación a funcionarios y la realización de investigaciones.
El PNUMA señala en el informe Geo que "durante los últimos 30 años se han dado avances sustanciales en la región, incluyendo el proceso de institucionalización de los temas ambientales, la creación de ministerios de Medio Ambiente, el aumento de áreas naturales bajo protección, la incorporación constitucional de los derechos ambientales junto con el desarrollo del aparato legatario y una opinión pública cada vez más informada y alerta. Sin embargo, también hay conciencia de que la situación sigue siendo grave y queda mucho por hacer".
Indica que "hoy América Latina y el Caribe enfrentan una paradoja: la economía no ha logrado crecer en forma sostenida, la pobreza y la inseguridad han aumentado y el deterioro ambiental se ha agravado".