La Arquidiócesis pone en duda la entrevista
La Arquidiócesis de México puso en duda la veracidad de la entrevista que Sanjuana Martínez realizó a Nicolás Aguilar. El vocero del cardenal Norberto Rivera, Hugo Valdemar, aseguró que les ''causó sorpresa'' escuchar el fragmento de la ''supuesta grabación'', transmitida esta mañana en una estación radiofónica.
''Habrá que tener cuidado, porque las grabaciones se pueden manipular.'' Retó a la periodista a entregar a la autoridad al sacerdote acusado de abusos sexuales a menores, ''si es que alguien lo está persiguiendo, posiblemente la autoridad de Los Angeles, pero no nos queda claro, y que no se convierta en una encubridora''.
Por lo pronto, la institución católica mexicana ya estableció contacto con la diócesis de Morelos, para verificar si efectivamente Nicolás ofició en Huitchila, el 28 de diciembre pasado.
Y aunque el padre Valdemar sostuvo que el obispo de la diócesis, Florencio Olvera, solicitó a los presbíteros de la zona, al igual que el arzobispo de Puebla, Rosendo Huesca, en su circunscripción, cancelar cualquier celebración en las calles excepto la del 12 de diciembre, y sobre todo no otorgar permisos al acusado para oficiar, un sacerdote de Cuernavaca manifestó, en entrevista aparte, que él recibió la indicación mediante una circular, fechada el 29 de diciembre.
Dicha determinación la tomaron los prelados en el contexto de la pasada asamblea ordinaria de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), en Lago de Guadalupe, estado de México, ante los rumores que para entonces se venían manejando respecto de que Aguilar seguía dando misas y brindando sacramentos tanto en Morelos como en Puebla, donde se presume se encuentra, tal como se escuchó en la grabación presentada. La medida respondió a la necesidad de ''tener mucho cuidado'' y no permitir que celebre, porque no tiene licencia para ello''.
No obstante, el presbítero de Huitzilac, Morelos, Anselmo Fernández, apuntó que la instrucción la recibió mediante un oficio que les envió el obispo Olvera, el 29 de diciembre, y que contiene la orden: ''Queda estrictamente prohibido celebrar en haciendas, restaurantes, en lugares públicos'', pero no aclara si es por el caso de Nicolás, a quien dijo no conocer.
Las medidas asumidas por los prelados, según Valdemar, buscan frenar que el presunto pederasta ande, ''como llamamos aquí en el gremio, de padre ruletero. Es decir, que no está adscrito a ninguna diócesis y no tiene permiso para prestar sus servicios como sacerdote''.
Insistió en que al menos en la Arquidiócesis de México no tienen noticias del paradero del inculpado. Y defendió que, para celebrar religiosamente, un presbítero debe pedir permiso al párroco del lugar, y ''yo dudo mucho de esa información, porque el sacerdote del lugar donde supuestamente se dio la celebración no estaba enterado''.
Por eso, insistió, ''dudamos, primero, que la información sea real; segundo, no es imposible y si (Nicolás) lo hizo, lo hizo de manera clandestina. No está autorizado para ello''.