Difícil que negocien el uso de condón: especialista
Adolescentes y casadas, más vulnerables al contagio de VIH
Cuando surgió el VIH-sida, en la década de los 80, se le denominó "la enfermedad de las cuatro H", porque los sectores más afectados eran haitianos, homosexuales, hemofílicos y heroinómanos. Sin embargo, los grupos vulnerables al contagio de esta enfermedad han evolucionado y hoy los más afectados son los adolescentes y las mujeres casadas, "porque éstas, sobre todo en Africa y en América Latina, no tienen poder de negociación para el uso del condón", aseguró Shelley Clark, investigadora de la McGill University, en Montreal, Canadá.
La especialista en demografía y salud ofreció ayer una conferencia en la Universidad Iberoamericana, basada en una investigación que realizó en 29 países del Africa Subsahariana y Latinoamérica, donde explora las conexiones que se establecen entre matrimonio adolescente y el riesgo de contraer VIH-sida.
En Africa y en las zonas rurales de los países latinoamericanos, las mujeres contraen matrimonio a muy temprana edad. En el continente subsahariano, debido a la existencia de la poligamia y a las insuficientes políticas públicas de prevención, las jóvenes esposas representan el grupo más vulnerable de la sociedad. En países como México, en cambio, donde no existe la poligamia, las mujeres casadas también representan uno de los dos grupos más vulnerables, junto al de adolescentes, porque los maridos transmiten el virus a sus esposas por factores como la infidelidad, las relaciones con trabajadoras sexuales o la bisexualidad, informó la especialista.
Gabriela Luna, investigadora de la Universidad Iberoamericana en Economía y Salud, añadió que en nuestro país además existe en los hombres el falso mito de que la mujer que exige protección es porque está "enferma" o porque es "promiscua". "Asimismo, en México se observa un incremento de vulnerabilidad en la etapa del noviazgo en adolescentes. En este periodo las mujeres tienen poco poder de negociación a la hora de usar el condón, porque sus novios aún mantienen en su imaginario que las mujeres que se protegen es porque tienen demasiada experiencia sexual o por alguna enfermedad. La estigmatización de la protección expone mucho a la mujer joven y es en lo que se tiene que trabajar desde las políticas públicas de salud."
En el trabajo destaca la relación que se entabla entre el contagio del virus y las brechas generacionales, económicas y de poder social.