Ubicados entre la danza clásica y la contemporánea, en una fusión de ambas, dice
En el Ballet de Monte-Carlo, la primera generación de bailarines híbridos: Maillot
Ampliar la imagen El Ballet de Monte-Carlo en La Cenicienta, que se presentará mañana en el Auditorio
Si una palabra pudiera definir el trabajo que desde hace varios años realiza el Ballet de Monte-Carlo, esta sería "fusión". Es decir, el entreveramiento, mezcla y/o recreación combinada de las técnicas de la danza clásica con las de la danza contemporánea, con lo cual amplía las posibilidades de coreografías tradicionales como La Cenicienta.
"Estoy en contra de todas esas oposiciones entre lo contemporáneo y lo académico, lo abstracto y lo figurativo, la música tonal y la atonal. No debiera haber tantas especializaciones en el mundo, ese es un problema actual."
Son palabras del director del Ballet de Monte-Carlo, el coreógrafo francés Jean-Christophe Maillot, quien durante el anuncio de sus presentaciones en las ciudades de México y Guadalajara agregó: "Por eso tengo el ideal de que la belleza es un todo, no algo simplista. No sigo una ideología de la danza, sino una filosofía de la danza. Y me gusta que mis espectáculos provoquen una reacción positiva en los espectadores".
El coreógrafo consideró a los integrantes actuales de la compañía (más de 60), como "la primera generación de bailarines híbridos, ubicados entre la danza clásica y la contemporánea, en una fusión de ambas".
Pero hay otras ideas que permean en buena medida el trabajo de ese ballet creado hace 20 años por el gobierno del pequeño principado de Mónaco (tiene 30 mil habitantes y dos kilómetros cuadrados): la relación entre el arte y la política.
Sucede que Maillot considera que, debido a la amplitud de miras para entender lo diverso, el arte podría ayudar a cambiar la lógica del mundo de la política.
"El arte podría mejorar la política, tiene un punto de vista que debiera pasar al ámbito político. El político debiera de escuchar al otro y estar al pendiente. Me gustaría que, para mejorar, las personas funcionaran junto con las demás. Esto mejoraría mucho la vida. Es lo que se llama el individuo en la ciudad.
"Una obra de arte es en realidad una opinión, algo que se afirma, una posición. Y el acto político debería tener esto. Por eso el acto político tiene igual valor que un acto artístico, se encuentran.
"Hay quienes consideran que la danza contemporánea es de izquierda y la clásica es de derecha. Estoy en contra de esa escisión y me exaspera. Lo que se debe ver en un espectáculo es la escritura coreográfica. Yo escribo para todo mundo, y esto no es demagogia. Para mí el arte debe permitir que el alma se encuentre, sin defender una ideología, aun cuando yo sí la tengo."
Un programa especial
Dirigido desde 1991 por Maillot, el Ballet de Monte-Carlo celebra sus 20 años con una gira por el mundo, y en México ofrecerá tres obras: una versión muy recreada de La Cenicienta, Altro canto y de Artifact suite. (La Jornada/16 de enero/2007)
"Es un programa poco frecuente, pues en dos días vamos a presentar tres ballets diferentes. Es una aventura interesante, pero técnicamente difícil, sobre todo para los bailarines, pero verán que es apasionante", ofreció Maillot.
Dijo además que esas tres obras sintetizan de algún modo la identidad de la compañía, pues dan una visión global de su repertorio. Por ejemplo: "Con La Cenicienta, mi ambición es modernizarla y darle otra lectura, para hacerla, además de muy narrativa, también muy abstracta".
Acompañado de la bailarina belga Bernice Coppieters, Maillot recordó que con ellos colabora William Forsythe, "uno de los grandes coreógrafos" del mundo que participa con Artifact suite. Mientras en Altro canto colabora el reconocido modisto Karl Lagerfeld.
Altro canto, agregó, tiene características metafísicas. "Los bailarines me escuchan cuando les pido algo especial, y les demuestro que pueden ir mucho más lejos de lo que ellos creían. Hay en esto algo de magia, no es estratégico ni racional, es más bien algo instintivo. Es lo que falta ahora en el mundo: escuchar más a nuestro instinto y menos a la razón".
Las funciones del Ballet de Monte-Carlo serán el viernes 19, con La Cenicienta, y el sábado 20, con Altro canto y Artifact suite, en el Auditorio Nacional. Y las tres obras de presentarán en Guadalajara los días 24 y 25.
Durante el anuncio, Ari Becker, presidente de la empresa Integrus, que trajo al ballet, aseguró que hay boletos disponibles y a "precios accesibles".