Desde la Fe renueva criticas por la "inamovible" escala de salarios mínimos
Rivera culpa a medios de información de descontextualizar su pensamiento
Después del golpeteo mediático que recibió la semana pasada por declarar que el incremento al precio de la tortilla "no era una tragedia", el "acabose" en la historia del país ni desataría una "guerra social", el cardenal Norberto Rivera Carrera culpó a algunos medios de comunicación sin señalar cuáles de descontextualizar su pensamiento.
Sostuvo, desde el altar mayor de la Catedral Metropolitana, que él, en realidad, expresó su preocupación porque a partir de esa alza, "muchas familias se verían afectadas por el encarecimiento de productos básicos", por lo cual "era necesario implementar medidas a corto y largo plazos para que nuestro país fuera "autosuficiente en la producción de alimentos".
No obstante, en la misma aclaración que ayer dio a conocer a sus fieles, en voz del sacerdote Hugo Valdemar, director de Comunicación Social de la Arquidiócesis de México, admitió que utilizó las palabras controversiales y dio muestra de una frase que supuestamente no fue interpretada como correspondía, pues de haber sido así, habría dado lugar al párrafo anterior: "En primer lugar, es necesario que México tenga asegurada su producción, por lo tanto se requiere de un mayor apoyo al campo y que quienes se dedican a esto no abusen de la situación y del acaparamiento".
Segundo continúa la cita: "yo creo que es un fenómeno internacional y por lo tanto se debe atacar. No basta simplemente con algunos subsidios; estos serán necesarios en algunos momentos y para personas bien determinadas y no un subsidio generalizado. Creo que el gobierno está atacando este problema que afecta a las familias más pobres".
Cuestionó que la mayoría de sus opiniones, como impulsar una "reforma fiscal para salir de la pobreza", y aquellas donde "mostró sensibilidad" para los problemas que aquejan principalmente a los más pobres, "fueran desplazadas a segundo plano".
Defendió que la frase "por la tortilla no se va desatar una guerra social aquí en México. Creo que padecerán muchos mexicanos. Es un problema que se tiene que resolver, pero no es la tragedia de México, no es el acabose, no es el final de la historia de México porque en determinado momento subió la tortilla", fue descontextualizada.
"Debió ser difundida en el contexto de las ideas expresadas en la entrevista, pues de otra manera parece que el señor cardenal minimizara el alza de precios."
Después de estas aclaraciones, el arzobispo se negó a responder más preguntas de reporteros, mientras en el texto editorial del periódico de la curia, Desde la Fe, se continuó cuestionando el aumento de precios y la "inamovible" escala de salarios mínimos.
Ello porque, se dijo, es "un terreno propicio para que afloren las inconformidades, sobre todo de los sindicatos obreros y las organizaciones campesinas y populares".
La Arquidiócesis sostuvo que espera "actitudes más audaces" de la presente administración gobierno para que "no sólo mire el necesario control de la delincuencia organizada", sino brinde una "respuesta inmediata" a los problemas coyunturales. "Esperamos un gobierno con profunda sensibilidad social, que se preocupe por la verdadera superación del nivel de vida de todos los mexicanos y no sólo la conservación de los privilegios de unos cuantos."
El gobierno federal y legisladores de todos los partidos políticos deben buscar mecanismos jurídicos para que la economía esté al servicio de las clases más necesitadas, no de los poderosos, afirmó el obispo de San Cristóbal de las Casas, Chiapas, Felipe Arizmendi Esquivel.
Se refirió al "irrefrenado" aumento al precio de la tortilla, lo que lo llevó a asegurar que "el gobierno no está para defender a los poderosos, sino a los más débiles que no tienen quién los defienda".
Durante su conferencia de prensa dominical, Arizmendi apuntó: "Veo por una parte que el gobierno está tratando de hacer un esfuerzo, pero es insuficiente, porque hay una serie de mecanismos de la economía que no puede controlar el gobierno, ni siquiera un gobierno nacional porque son mecanismos internacionales, y esto es muy preocupante porque si todo dependiera de un gobierno, con un decreto se resolvería, pero no es así. Hay factores de la economía como acaparar o especular, que no fácilmente controla el gobierno".
Exhortó a los gobernantes a que "sigan buscando mecanismos más eficaces, e igualmente a los legisladores de todos los partidos que se pongan de acuerdo, porque en vez de descalificar al gobierno, tendrían que buscar mecanismos jurídicos nacionales e internacionales para que la economía esté no al servicio de los poderosos, sino de las clases más necesitadas, porque de lo contrario estos sistemas económicos injustos se van a seguir implantando con mayor fuerza y van a seguir siendo excluidos los más pobres y necesitados, y éstos no van a tener ni quien los defienda".
Con información de Elio Henríquez, corresponsal