Vecinos de San Pedro el Chico denuncian que proyecto Pelícano prevé talar árboles
Pretende Iglesia destruir bosque para dar acceso a Plaza Mariana
Facilitar acceso a peregrinos, objetivo
Dicen estar dispuestos a defenderse de este atropello
Ampliar la imagen Una de las arboladas avenidas del bosque de Río de Guadalupe, en la colonia San Pedro El Chico, está en riesgo de ser desaparecida para dar paso al proyecto Pelícano, que forma parte de los trabajos de la Plaza Mariana en la Basílica de Guadalupe Foto: Cristina Rodríguez
Ampliar la imagen En el bosque de Río de Guadalupe, en el cual pretenden construir un pasaje para los peregrinos que visitan la Basílica, existe fauna animal como ardillas blancas, búhos y algunas especies de aves Foto: Cristina Rodríguez
El cardenal Norberto Rivera Carrera impulsa la construcción de un pasaje para los peregrinos en el bosque de Río de Guadalupe, el último pulmón del norte de la ciudad, que implicaría la desaparición de cerca de 2 mil 500 árboles de hasta 100 años de antigüedad, y especies animales como ardillas blancas, búhos y diversas especies de pájaros, denunciaron habitantes de San Pedro el Chico.
De acuerdo con el proyecto denominado Pelícano, elaborado en la breve gestión de Octavio Flores Millán al frente de la delegación Gustavo A. Madero, se trata de dar continuidad a las calles Fray Juan de Zumárraga ubicada frente a la Basílica de Guadalupe, Vicente Villada y Pelícano, abriendo el camellón de la avenida Eduardo Molina hacia el actual bosque.
La intención de las autoridades eclesiásticas, dijeron, es "apropiarse" de sus 800 metros de largo y 55 de los 70 metros que tiene de ancho, y en caso de oponernos se procederá a la expropiación del frente de las casas ubicadas en los límites del mismo para contar con una vialidad rápida que culmine con la construcción de un puente vehicular sobre Gran Canal o Periférico hacia el Circuito Interior, señalaron.
Avizoran anarquía
En un recorrido por la zona, Antonio Bual, presidente del Comité de Seguridad de la colonia, mostró los árboles que se verán afectados, los cuales están marcados a fin de "complementar la construcción de la Plaza Mariana" y facilitar el acceso de autobuses, camiones de redilas y bicicletas que utilizan los 7 millones de fieles que acuden anualmente a la Basílica de Guadalupe.
Para ello se contará con un paradero en la misma colonia, edificaciones que traen consigo anarquía, riesgos de robos y asaltos, así como la creación de basureros, como sucede ya con el boom inmobiliario impulsado desde hace un año y medio en un kilómetro y medio en los alrededores, con la edificación de 11 mil 685 nuevas viviendas y la llegada de cerca de 50 mil habitantes, alertó.
Mencionó que tras "guardarse" varios meses, se les informó que el proyecto "va y no hay nada que hacer, porque está por encima el interés del cardenal Norberto Rivera Carrera. Y parece que las actuales autoridades delegacionales lo apoyarán. Motivos, tienen millones, pues se trata de una jugosa obra, en cuestión monetaria".
De ahí la decisión de denunciar lo que consideraron un atropello contra su patrimonio y el medio ambiente, y "prepararnos a luchar en diversos frentes, pues no vamos a permitir la desaparición de nuestro bosque ni que siga la construcción de viviendas, que han agotado nuestros caudales de agua potable y aumentado la delincuencia, así como la privatización de áreas verdes por funcionarios del gobierno o militantes partidistas".
El negocio de las áreas verdes
Y es que la empresa Geoicasa, que construye 3 mil departamentos y casas en la colonia, proyecto denominado Arcos de Aragón solo con 735 cajones para autos, bardeó un área verde en Norte 94, donde Roberto Torres, un militante del Partido del Trabajo, levantó la Escuela de Futbol Chivas, donde cobra a los niños mil 500 pesos mensuales.
Y no conforme con ello, lleva a cabo la construcción de vestidores y áreas de descanso, cubiertas actualmente con lonas de color rojo, pues está prohibido hacerlo, debido a la existencia de ductos de Pemex, explicó Bual al lamentar que, pese a las constantes denuncias realizadas desde junio del año pasado, la delegación "ha facilitado este acto de impunidad".
Además de permitir que el esposo de una jefa de unidad departamental de la zona 2, Antonio Delgado, se apropie de otra parte de esa área verde, para construir un parque privado y estacionamiento, por cuyo uso cobra a la gente, lo cual ha provocado que vivir en San Pedro el Chico sea "ya un desmadre, con un incremento de 300 por ciento en el número de robos de autopartes y asaltos a los jóvenes".
A ello se suma el aumento de puntos de venta de drogas y la indiferencia de las autoridades a mejorar las instalaciones del módulo de seguridad, que carece de hasta un teléfono para solicitar apoyo; la falta de atención del parque de la colonia y la negativa de retirar a un indigente que "no sólo se desnuda frente a los niños de la escuela primaria, sino se masturba".
Sin embargo, comentó, junto con vecinas del lugar, "no se nos hace caso porque la voz del pueblo no se escucha, cuando hay intereses económicos y políticos más fuertes".