El domingo reaparecerá El Pana, lo malo es que los toros serán de Los Encinos
Arturo Macías triunfó al cortar 2 orejas en la México, derrochando arte e ideas
Las reses de Martínez Urquidi abucheadas
Cavazos pide actuar con el de Apizaco
Ampliar la imagen Tras su triunfal actuación de este domingo, Arturo Macías se ganó el derecho de alternar con El Pana en la siguiente corrida de la temporada Foto: Jesús Villaseca
Hay dos noticias: la magnífica es que el próximo domingo su majestad, Rodolfo Rodríguez El Pana, volverá a torear en la México; la pésima, que el encierro será de Los Encinos, ganadería que ayer soltó a la arena de Mixcoac tres mansos débiles y con mucho sentido, cuyos hermanos podrían echar a perder el triunfal retorno del artista de Apizaco. Ojalá que los empresarios renovadores lo piensen mejor y consigan astados a la altura de las expectativas del público que va a llenar el embudo hasta la azotea.
No les vaya a ocurrir lo que ayer, cuando a la duodécima corrida de la temporada 06-07 un serial que ya pasó a la historia gracias a que hicieron posible la tardía pero definitiva consagración de El Pana acudieron menos de 3 mil personas. Y eso que desde los brindis de año nuevo, aficionados de Mérida, de Progreso, de Guadalajara, de Veracruz, de Monterrey, se habían dado cita para encontrarse, ayer mismo, en el pozo de Insurgentes, deseosos de ver al gran maestro francés Sebastián Castella.
Para desgracia de éste y de sus admiradores, hace dos semanas un mal toro le pegó una paliza y le rompió tres costillas en Colombia, mandándolo de regreso a Europa, motivo por el cual los renovadores pusieron al banderillero andaluz, David Fandila El Fandi, como base del cartel de ayer, aderezado con el acróbata mexicano Alfredo Ríos El Conde, que también es bueno para clavar rehiletes, logrando una entrada infame, porque la gente prefirió quedarse en casa y guardarse el dinero del boleto para comprar las tortillas de la semana, a razón de 25 kilos por un asiento de la fila 23 de sombra.
La corrida, parchada con tres reses inmundas de Los Encinos y tres más de Garfias, llevó como tercer espada al valiente hidrocálido Arturo Macías, que derrochando clase, valor, elegancia, entrega e imaginación se convirtió en el triunfador de la tarde al cortar dos orejas y ganarse a ley el derecho de alternar con El Pana el domingo que muchos aguardan ya contando las horas que faltan para que llegue.
Después de triunfar como novillero y presentarse con éxito en la corrida torista de Barralva, Macías le pegó unas señoras verónicas a Padrino, de Garfias, y luego lo llevó al caballo con el Quite de Oro, de Pepe Ortíz, y luego le corrió la mano en templados derechazos de 340 grados, ligando tres tandas que le metieron al público en la bolsa y entonces, tras ejecutar la suerte de Luis Briones, una especie de manoletina al revés, tragando leña al por mayor, fue homenajeado con el grito de ¡torero, torero!, antes de entrar a matar y hundir el acero en todo lo alto hasta las bolas.
Lo demás fue lo de menos: el espectáculo circense de El Conde y El Fandi brindó entretenimiento, cuando ambos diestros se invitaron mutuamente a cubrir el segundo tercio de los dos primeros del festejo, y lo hicieron bien, como siempre, con facultades y mucha técnica, aunque el mejor de todos los pares lo consiguió el mexicano al correr hacia atrás templando la embestida del rumiante para ganarle la cara al cuarteo y dejar los adornos como antiguas antenitas de televisión.
El Fandi, ante los dos de su lote, intentó el par del violín pero lo que hizo en realidad fue clavar a una mano, como si rejoneara a pie por el lado contrario, porque el delicado instrumento de cuerdas se toca sobre el hombro izquierdo y el andaluz cogía los palos con la mano derecha no como un arco de Paganini sino como un paraguas de Fred Astaire. Y lo cierto es que de tanto correr en pos de sus atléticos decoradores, los cuatro peludos de éstos quedaron sin la mínima energía en el tercer tercio, donde los de Los Encinos desarrollaron muchísimo sentido y no sólo se agarraban al piso sino que se desentendían de la franela y buscaban el cuerpo de los toreros, como si fueran matones a sueldo o padecieran el temible síndrome del déficit de atención.
Pero todo ello sirvió apenas como telón de fondo para que la gente siguiera hablando de El Pana, que esos momentos cortaba un oreja en San Juan del Río, alternando con Pablo Hermoso, y venía de triunfar en la feria de Moroleón, Guanajuato. Y entre vendedores que fuera de la plaza ofrecían el video, pirateado a la televisión, de los dos faenones del 7 de enero, alguien reveló que ayer, en insólitas declaraciones, Eloy Cavazos había dicho con su característica y siempre sospechosa humildad: "Ojalá El Pana me dé la oportunidad de torear junto a él". ¡Para Ripley!