Disputas entre criminales dejan dos muertos y dos heridos en Ciudad Juárez
Cuarto policía ejecutado a tiros en Nuevo León
Un nuevo atentado contra policías de Nuevo León ocurrió la madrugada de ayer, cuando presuntos pistoleros al servicio del narcotráfico ejecutaron de más de 30 impactos de rifle AK-47 a Mario Martínez Pardo, agente del municipio de San Pedro Garza García, en un punto de revisión de automóviles ubicado en el crucero de Río Suchiate y avenida Morones Prieto, en la exclusiva colonia Del Valle.
En lo que va de enero, cinco personas han sido ejecutadas en el estado, cuatro han sido policías. El secretario de Seguridad Pública de esa localidad, Rogelio Lozano, declaró que los narcotraficantes están saliendo prácticamente a "cazar" uniformados, por lo que demandó la presencia del Ejército, al reconocer que las corporaciones locales son insuficientes para encarar a la delincuencia organizada.
En Ciudad Juárez, Chihuahua, una mujer identificada como Vanesa Flores, fue ultimada por desconocidos a bordo de dos vehículos que la atacaron la noche del domingo con fusiles AK-47. Alejandro Iván Rivera Macías, quien viajaba junto con la víctima en una camioneta tipo Hummer con placas de Texas, resultó gravemente herido.
También en esa localidad fronteriza, en una riña entre pandillas que se disputan la venta de drogas al menudeo, Daniel Aguirre Juárez, de 16 años, fue asesinado de un tiro en la cabeza, mientras su acompañante, Luis Eduardo Moreno, de 14 años, fue herido de bala.
En el municipio de Villa Madero, Michoacán, el presunto talamontes Rutilio Guzmán Garduño fue ultimado por desconocidos que le dispararon con armas de grueso calibre desde un auto en movimiento, cuando transportaba madera producto de la tala junto con cuatro jóvenes, informó la procuraduría de ese estado.
Mientras tanto, en la explanada del palacio municipal de Tijuana, Baja California, un centenar de policías y familiares de éstos protestaron por el desarme de que fueron objeto los miembros de la corporación por parte de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) el pasado 4 de enero, bajo sospecha de haber participado en delitos cometidos en la localidad fronteriza.
Los uniformados exigieron que les devuelvan sus armas de cargo para incorporarse a sus labores de vigilancia y aceptaron que se les cite a las oficinas de la Procuraduría General de la República en caso de que haya alguna acusación en su contra luego de los estudios de balística que se practicaron a las armas.
Sin embargo, la Secretaría de Seguridad Pública de Tijuana entregó a 70 policías municipales, adscritos a la "zona segura" de esa ciudad, un total de 70 resorteras con canicas para que desarrollen sus labores de vigilancia y prevención, revelaron elementos que requirieron el anonimato.
Mientras, el coordinador de Enlace Internacional de la Secretaría de Seguridad Pública estatal, Alfredo Arenas, informó de la aprehensión y deportación de dos ciudadanos estadunidenses buscados por la Oficina Federal de Investigaciones y que se encontraba en una casa de seguridad de Playas de Rosarito.
Los detenidos son Joy Campaña, de 18 años, investigado por posesión de armas y explosivos en California, por lo que se le giró una orden de aprehensión pero huyó hacia territorio mexicano. Julio César Heredia, estadunidense de origen mexicano, a su vez, contaba con una orden de aprehensión por dos homicidios que cometió en un barrio de Los Angeles.
Arriban elementos de la PFP a Sinaloa
Unos 100 elementos de la Policía Federal Preventiva arribaron durante la tarde de este lunes a Culiacán, Sinaloa, al parecer para reforzar las acciones militares contra el narco en la entidad.
Los agentes federales llegaron en un avión Hércules al aeropuerto internacional de Culiacán a las 12 horas, e inmediatamente fueron trasladados a la Novena Zona Militar, en la capital del estado, en tres camiones de pasajeros, escoltados por al menos dos patrullas de la Policía Estatal Preventiva.
En los municipios de Culiacán, Salvador Alvarado y Badiraguato se encuentran unos 3 mil efectivos de la Sedena, quienes instalan retenes en diversas vialidades y destruyen plantíos de mariguana y amapola en la zona serrana colindante con los estados de Chihuahua y Durango, conocida como el triángulo de oro.