Fiebre del futbol alcanza al Vaticano
Roma. El papa Benedicto XVI, a diferencia de su antecesor Juan Pablo II, está lejos de ser un entusiasta del deporte: cuando era alumno odiaba las clases de gimnasia y el Mundial Alemania 2006 lo siguió apenas de reojo por televisión. Sin embargo, la iniciativa en materia de deporte no sería posible sin la bendición papal; el Estado más pequeño del mundo tendrá su propio torneo: Clericus Cu (Copa del Clero).