Buscan salvar de la extinción el árbol de zapote prieto
Morelia, Mich. 26 de enero. Integrantes de la Comisión de Medio Ambiente de la Cámara de Diputados y del Congreso local, así como ecologistas y funcionarios de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) se reunieron en la capital michoacana con el fin de adoptar medidas para proteger y recuperar la especie endémica del árbol de zapote prieto, del que sólo existen 34 ejemplares en el mundo, y todos ellos en la recién decretada área natural protegida de la Mintzita (al suroeste de Morelia), que se ha visto gravemente amenazada por los asentamientos humanos, y la fábrica de papel Crisoba, instalada desde hace décadas, que ha causado daños severos al ecosistema por las sustancias químicas que utiliza en sus procesos.
El jefe del Departamento de Especies en Riesgo de la Semarnat, Arturo Martín Luw Pieng, manifestó que la Diospyros xolocotzii, nombre científico del zapote prieto, está en peligro de extinción; sin embargo, no aparece en la lista del libro rojo donde se especifican las especies que se encuentran en esas condiciones.
Ni siquiera la norma oficial mexicana 059, de la Semarnat, la incluye en su catálogo de especies amenazadas, sino como una especie que requiere protección especial, aun cuando sólo existen 34 ejemplares del árbol en el mundo. En 2005 existían 36 individuos de ese tipo, para 2006 ya sólo eran 34, uno se perdió a causa de un incendio y el otro fue eliminado por tala clandestina, apuntó el funcionario.
Habitantes, entre los causantes del daño
Alberto Rojas, secretario técnico de la Comisión de Medio Ambiente y Recursos Naturales, así como Jaime Madrigal, descubridor de la especie, aseguraron que las autoridades de ningún nivel gubernamental conocían de la existencia del zapote prieto, y ante la falta de atención, los propios habitantes de la Mintzita han provocado la afectación de la especie.
Los especialistas plantearon, en la reunión celebrada el viernes pasado, algunos problemas que afectan al zapote prieto y que urgen frenarse para evitar la extinción de la especie: el desconocimiento de su existencia por parte de los habitantes del lugar, el cambio de uso de suelo, que reduce la posibilidad de subsistencia de la especie; el libre pastoreo que se practica en esa zona; la tala ilegal; los asentamientos irregulares; el uso de plaguicidas que afectan al insecto polinizador del zapote prieto; la contaminación por residuos sólidos urbanos, y la contaminación atmosférica causada por la papelera Crisoba.
Se plantearon acciones urgentes, como proteger los 34 ejemplares de Diospyros xolocotzii ante a incendios y pastoreo; informar a la población sobre la presencia de la especie y la importancia de su preservación; frenar la tala clandestina y el vandalismo en la zona.
Los especialistas manifestaron en el centro de recepciones del Congreso local, que de no revertir esa tendencia, continuarán perdiéndose de uno a tres árboles al año, por diferentes causas, lo cual sería desastroso.