Se exhibió la cinta Jesus Camp, candidata al Oscar como mejor documental
Abre gira Ambulante con un vistazo al cristianismo fundamentalista de EU
Este sector, que se considera el "ejército de Dios", tiene gran peso político en el gobierno de Bush
La película pretende ser un llamado a que la gente despierte, dicen las realizadoras
Ampliar la imagen Rachel, una de las niñas del campamento Kids on fire, que aparece en el documental
Sólo algunas risas (más bien nerviosas y de asombro) rompieron el silencio de los espectadores durante la presentación del documental estadunidense Jesus Camp.
Al finalizar la cinta, las directoras Heidi Ewing y Rachel Grady recibieron felicitaciones del público invitado a la inauguración de la gira de documentales Ambulante, que ya se ha consolidado como una ventana espléndida este tipo de cintas de varios países.
La película, que se exhibió por primera vez en nuestro país, retrata un poderoso grupo muy conocido pero escasamente mostrado por dentro: los cristianos fundamentalistas de Estados Unidos.
Las realizadoras comentaron al público que la idea inicial era acercarse al tema de "los niños con una profunda devoción", pero luego se dieron cuenta de que "esta población era un bloque masivo invisible que vota por George W. Bush". Así que al final decidieron "contar la historia de los niños en un campamento y narrar la historia de este grupo"; el movimiento cristiano conservador se asume en guerra por devolver Estados Unidos a Dios. Una de sus batallas fundamentales es contra el aborto. En Jesus Camp, Levi, de 12 años, dice que su generación es "clave para el regreso de Jesús; somos entrenados para ser el ejército de Dios".
"Nuestros enemigos se están enfocando en los niños. En Palestina los meten en alojamientos como nosotros en campamentos de la Biblia, y ellos ponen granadas en sus manos", dice en la cinta la pastora Becky Fischer.
Contrarrestar a la derecha
La película, candidata al Oscar como mejor documental, busca ser "un llamado a que la gente despierte. Un tercio del país es extremadamente conservador y participa en política; nosotros tenemos que despertar y ser tan activos como ellos", dijo Heidi Ewing.
El documental no tiene narrador. Las directoras apelan a la inteligencia del espectador. "Dejamos que ellos (los cristianos fundamentalistas) cuenten la historia", dijo Rachel Grady.
Así, la cinta (2006, Loki Films) abre las puertas a un mundo que para muchos es escalofriante, sobre todo por la enorme fuerza que tiene este sector en el gobierno más poderoso del planeta (el presidente Bush es un cristiano vuelto a nacer born-again). En el documental se menciona que el reverendo Ted Haggard, entonces presidente de la Asociación Nacional de Evangelistas (organización de la derecha cristiana de enorme peso político), hablaba cada lunes con Bush.
Jesus Camp está realizado de manera tan cuidadosa que a la gente ahí retratada le encantó. Sólo a Haggard no le gustó y lanzó una campaña en su contra, que no llegó lejos, porque salió a la luz pública que por tres años había contratado a un prostituto (mientras predicaba contra los homosexuales) y que tomaba metanfetaminas.
"Se sienten con un inmenso poder"
Las directoras (The boys of Baraka) creen que los evangelistas les dieron entrada porque "se sienten con un inmenso poder" y "están muy orgullosos de sí mismos".
En la cinta ganadora del Premio Especial del Jurado del Festival de Cine de Tribeca la voz crítica es del cristiano Mike Papantonio, locutor de radio (un sector cristiano defiende la separación entre religión y política y no comparte la visión de los fundamentalistas). "Durante una generación han tomado el control de la Casa Blanca, del sistema judicial, del Congreso", alerta el locutor.
Los cristianos fundamentalistas con los que las directoras platicaron decían que más que querer que sus hijos fueran predicadores, aspiraban a que destacaran en deportes, medios masivos o política, porque mediante estos sectores "se puede transformar una sociedad".
Las directoras comentaron que muchas personas en la cinta estaban en el ejército. Creen que Estados Unidos es la nación favorita de Dios. De hecho, a estas alturas, en que cada vez menos estadunidenses respaldan la guerra en Irak, "los evangelistas son la comunidad que más la apoya".
Finalmente, debido a que se trata de la nación más poderosa del mundo, "nuestro problema llega a ser el de todos", dijo Ewing a La Jornada. Programación en www.ambulante.com.mx