Un desempance
Como complemento, contexto, cereza en el pastel luego del atracón de gozo y felicidad que procura la música de GoTan Project, vale la pena regresar a un disco que recomendamos hace un buen de Disqueros: Mi Buenos Aires querido (Teldec), grabado por un trío fantástico armado merced a la pasión de uno de los músicos mayores de nuestra era: el pianista y director de orquesta argentino Daniel Barenboim, quien regresó al puerto de Santa María del Buen Ayre para recuperar su infancia tanguera y conjuntó a dos instrumentistas de alto linaje: Rodolfo Mederos en el bandoneón y Héctor Console en el bajo; el primero es continuador de la escuela instaurada por Astor Piazzolla y el segundo fue bajista de la orquesta del hijo de Nonino Piazzolla: el astro Astor.
El resultado es una música de cámara exquisita, un manjar de dioses, calidad inconmensurable: obras de Gardel-Le Pera, Piazzolla, Ginastera (sus Cuatro Estaciones Porteñas, entreveradas) para culminar con un Bailecito interminable. Fragor.