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Rochom entre nosotros
Aparición en una región olvidada
Una historia que provoca dudas
Ampliar la imagen Rochom, la aparecida
Ampliar la imagen Axila montañosa
Sam Thom, o bien Oyadao, pequeña localidad nororiental situada en la provincia de Ratanakiri, Camboya, ha tenido un buen arranque de año. El pueblo se llenó de fotógrafos, periodistas y antenas satelitales de televisión, apareció por allí uno que otro antropólogo y por primera vez en su historia el pueblo fue visitado por un sicólogo.
El contacto más reciente de la región con el mundo occidental fueron las bombas arrojadas por los B-52 de Estados Unidos en los años de la guerra de Vietnam, y los caminos todavía están marcados por los cráteres lunares que dejaron las explosiones. La capital de la provincia fue reducida a escombros por la US Air Force y refundada en Bang Lung. Luego habrían de venir las atrocidades del Khmer Rojo, que despobló el país para construir en él una dictadura perfecta del proletariado. Después llegó la invasión de las tropas vietnamitas. Pero ésta es una región tan apartada que la distancia y la marginación algo amortiguaron la barbarie moderna: hay que viajar 12 horas en una carretera con el asfalto a medias para llegar desde Phnom Penh, capital de Camboya, hasta Bang Lung, y otras dos horas por un camino de tierra para llegar de ahí a Sam Thom, pero algunos reportajes dicen que el trayecto toma 22 horas si el destino es Oyadao. Además, la mayor parte de los pobladores originarios de esta zona ni siquiera habla khmer, lengua oficial y mayoritaria del país. En esta axila montañosa en la que se juntan las fronteras de Vietnam, Laos y Camboya, viven montañeses que son llamados moi por los vietnamitas, phnong por los camboyanos y kha por los laosianos, término, este último, que significa bárbaro o salvaje.
Ahora, y por un tiempo, los 2 mil habitantes de Sam Thom están recibiendo unos pocos dólares y euros como resultado de la presencia mediática causada por los hechos siguientes: el 13 de enero, en un paraje apartado en el noreste de Camboya, unos leñadores atraparon a una mujer de poco menos de 30 años que intentaba robarles la comida. Iba desnuda, con el pelo muy crecido y, según las primeras versiones de prensa, andaba a cuatro patas y gruñía. Ninguna versión periodística informa la manera en que la mujer fue entregada de inmediato a Sal Lou, un policía que dice ser su padre y a quien hace 19 años se le perdió una hija de ocho, Rochom Pngieng, mientras pastoreaba a un búfalo. Sal Lou y su familia concluyeron que la aparecida es Rochom. Como prueba de ello, dicen algunos despachos, exhiben una cicatriz en la muñeca de la mujer, idéntica a una que tenía la menor. Otras versiones indican que fue identificada "gracias a una cicatriz en la espalda" y que la marca de la muñeca "se debió a que cayó en una trampa para animales durante un periodo prolongado". O sea que la pequeña Rochom se quedó a vivir en la selva, se las ingenió para sobrevivir sin contacto con otras personas y quedó reducida a un estado salvaje: la historia da en la diana de una de las obsesiones más acendradas en la Humanidad.
http://www.lavanguardia.es/gen/20070129/51303200501/noticias/regreso
-a-la-jungla-phnom-penh-camboya-estados-unidos-indochina-tailandia-vietnam.html
http://www.elpais.com/articulo/20070119elpepusoc_5/Tes/
http://www.elmundo.es/elmundo/2007/01/23/internacional/1169547054.html
http://www.clarin.com/diario/2007/01/19/um/m-01347983.htm
http://www.lanacion.com.ar/exterior/nota.asp?nota_id=877190&;origen=rss
Atraído por la novedad, el sicólogo español Héctor Rifá viajó hasta Oyadao (o Sam Thom), provisto de dos osos de peluche, para estudiar a la aparecida y ayudarla, de ser posible, en su adaptación a la vida con otros humanos, y desde entonces se volvió la fuente oficial de información para cualquier asunto relacionado con Rochom. En el hogar de Sal Lou la muchacha ha permanecido muda (aunque en algunas versiones balbucea palabras en una lengua desconocida), pero el especialista afirma que la muchacha ya empieza a sonreír, pero no ha conseguido caminar. El policía y su mujer, por su parte, han hecho adaptaciones en la vida familiar para hacerse cargo de Rochom: darle de comer, mantenerla vestida y evitar que escape a la selva, como habría intentado hacerlo en varias ocasiones, y con sobrada razón, habida cuenta que desde que fue "recuperada" no ha dejado de ser fotografiada, tocada y observada como animal de zoológico, tanto por los extranjeros como por los lugareños.
Tengo para mí que la historia de Rochom hace agua casi por todos lados, incluso más que la simpática película de náufragos que rodaron Televisa y Tv Azteca el año pasado, con un guión portentoso en el que tres pescadores del Pacífico mexicano sobrevivían durante nueve meses en una lancha a la deriva y eran rescatados en las Islas Marshall, a más de 8 mil kilómetros de su punto de partida. Algunos habitantes de Ratanakiri sostienen que la mujer sobrevivió porque estaba poseída por los espíritus de la selva; otros piensan que tras el suceso hay una historia desconocida de explotación humana secuestro, esclavitud, prostitución, hipótesis que podría verse fortalecida por la cicatriz en la muñeca de la joven, marca que pudo ser causada por ataduras o grilletes; no falta quien sostenga que Rochom es víctima de un padecimiento mental y fue escondida por su propia familia durante todos estos años; otros, en fin, suponen que el episodio es un montaje que tiene como propósito generar un flujo turístico, o bien apuntalar circulaciones periodísticas menguantes y audiencias televisivas contraídas. En fin, muchos dirán que el escepticismo contemporáneo ha llegado a convertirse en mezquindad pura y que Rochom se perdió en la selva, sobrevivió a ella durante 19 años y fue rescatada.
Sea cual sea la verdad, la historia de Rochom toca puntos medulares de la civilización: por ejemplo, el entrañable asunto del salvaje, la fuga de la sociedad hacia la naturaleza, la simple y dura ausencia (¿a dónde van quienes desaparecen?), los operativos mediáticos, la acción de Occidente (desde bombas hasta ONG, pasando por lo que quieran) en el sudeste asiático. Lo más hermoso que he leído en torno a este episodio es la Carta a Rochom que escribió Quique Martínez, cibernauta y periodista:
"Vas a iniciar una etapa complicada, te enseñarán a caminar como una señorita, las manos son para comer, pero con palillos, no para trepar por los árboles [...] Lo malo vendrá después, cuando allí, en Camboya, hayas alcanzado la posibilidad de moverte sola y tengas que buscarte un trabajo. Creo que una de las salidas más comunes pasa por trabajar 18 horas cosiendo zapatillas de alguna multinacional o plantar arroz para vender el kilo por menos dinero de lo que cuesta cultivarlo." Vale la pena leer el resto. Lo encontrarán en el último de estos links, y el jueves regresamos al tema.
http://www.nuestromar.org/noticias/mar_calmo082006_revelan
_que_eran_cinco_los_pescadores_naufragos_de_mexico
http://www.telemundola.com/video/9748851/detail.html
http://www.jornada.unam.mx/2006/09/20/023n2pol.php
http://blogs.larioja.com/index.php/filo/2007/01/25/carta_a_rochom_pngieng