Usted está aquí: sábado 10 de febrero de 2007 Deportes La FMF pone en marcha acciones para evitar violencia en los estadios

Más de 168 muertos por enfrentamientos, revela un estudio de la UNAM

La FMF pone en marcha acciones para evitar violencia en los estadios

El club Pachuca fue el precursor de las barras que comenzaron a imitar a las de Argentina

La lupa estará en los seguidores de Pumas, América y Tigres, considerados los más rijosos

MARLENE SANTOS ALEJO

A partir de la fecha cuatro del torneo Clausura 2007, la Federación Mexicana de Futbol (FMF) intentará aniquilar al Frankestein, el monstruo que antaño creó, toda vez que hoy ha perdido el control de las porras o barras ­la denominación es lo de menos­ en que se han convertido los grupos de animación, que son una seria amenaza para el millonario espectáculo llamado balompié.

Quizá no es tan tarde, a pesar del recuento de "al menos 168 muertos" en México en enfrentamientos en estadios, dato que arroja un estudio de Hugo Sánchez Gudiño, catedrático de la FES-UNAM-Aragón, el cual abarca las recientes cuatro décadas e incluye choques entre seguidores de los equipos de futbol americano Burros del Politécnico y Pumas de la UNAM.

El club Pachuca, irónicamente ayer visitado y que recibió todo tipo de felicitaciones y elogios del presidente Felipe Calderón por su título en la Copa Sudamericana, fue el iniciador del fenómeno que agobia a los directivos del balompié nacional por significar una amenaza a la sana convivencia en las tribunas.

Andrés Fassi, ex preparador físico y hoy directivo de los Tuzos, fue uno de los más entusiastas impulsores de las barras bravas en la década de los 90, con el afán de dar colorido y ambiente a los partidos del equipo hidalguense.

Fassi contrató a un personaje argentino para encargarlo de organizar la Barra Ultra Tuza, cuya función era imitar la actuación de las argentinas.

Sin embargo, pronto degeneró todo y apareció en las tribunas del estadio Hidalgo una porra escocesa, con pocos pero audaces integrantes que acaparaban la atención, porque en el momento menos esperado daban la espalda a la cancha y se levantaban la falda para enseñar el trasero desnudo.

No tardó en aparecer la barra americanista Monumental, en 1999, cuyos miembros eran tan rijosos que pronto tuvieron roces y hubo una escisión de la que nació Disturbio, aún más violenta.

El fenómeno también atrapó a los aficionados de Pumas, quienes junto con los de Tigres se han caracterizado por protagonizar los peores desmanes.

La aparente gota que derramó el vaso fueron las escenas televisadas de seguidores del cuadro de la UNAM, en el estadio Luis Pirata Fuente, destrozando butacas y lanzando fragmentos de ellas a la cancha. Lo mismo hicieron en la fase de liguilla cuando Pachuca eliminó a los auriazules.

La semana anterior, en la fecha tres, los seguidores del América no soportaron la derrota 0-1 que les propinó el Atlas y salieron a las calles en busca de camorra. El saldo fue de varios detenidos, mientras los aficionados de Tigres hicieron lo propio en su visita al Morelia.

Uno de los choques de mayor envergadura fue el del 30 de octubre de 2005, cuando América venció 2-1 a Pumas. Hubo batalla campal con saldo de 318 detenidos y 20 heridos. La rivalidad llegó al extremo de lanzarse amenazas de muerte en sus respectivos portales de Internet.

Sin duda también influyó el suceso del pasado 2 de febrero que paralizó al calcio y obligó a una reacción de las autoridades civiles.

Esta vez a la todopoderosa FIFA, cuyos reglamentos con frecuencia se superponen a las leyes de cada país, no le quedó más remedio que acatar medidas y lamentar los hechos.

Ayer, ante las acciones dadas a conocer el miércoles en Phoenix por la FMF, entre las que destaca el retiro de boletos que a granel obsequian los clubes, así como el patrocinio de viajes, el representante de todas las barras del máximo circuito, Arturo Ortiz, de la porra Plus de Pumas, acudió al inmueble de la calle de Colima.

El dirigente, quien solicitó una entrevista con Justino Compeán, titular de la FMF, aseguró que los grupos de animación saben "perfectamente qué hacer" para evitar la violencia, pero a la vez lanzó una especie de advertencia: "si nosotros compramos nuestro boleto nadie puede impedirnos el ingreso a los estadios".

Se mostró inconforme ante la restricción de viajar a las diversas plazas para apoyar a sus clubes en condición de visitantes; "es una medida tonta y a eso vine". Exigió "personal mejor capacitado en los estadios" y criticó a la policía de aplicar "la ley del garrotazo: te pegan y te dicen después averiguo".

 
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