Versión de que el jefe radical chiíta Moqtada Sadr escapó a Teherán
Cierra Irak sus fronteras con Siria e Irán y extenderá el horario del toque de queda
Atentado suicida con camión bomba deja 18 muertos cerca de una universidad en Bagdad
Ampliar la imagen Varios pares de botas negras de cuero con nombres de soldados, rango, ciudad natal y edad en el momento de la muerte son parte de la campaña Ojos Abiertos, inaugurada el lunes en el campus este de la Universidad Estatal de Tennessee, en Ciudad Johnson. Las botas representan a los 68 jóvenes de ese estado muertos en acción en Irak y Afganistán. La performance es patrocinada por el Comité de Servicio Amigos Americanos, una organización cuáquera pacifista Foto: Ap
Bagdad, 13 de febrero. El jefe radical chiíta Moqtada Sadr, responsable según Estados Unidos de atizar la violencia sectaria en Irak, abandonó hace dos o tres semanas el país para refugiarse en Irán, según medios estadunidenses. Horas antes, el gobierno iraquí decidió cerrar sus fronteras con Siria e Irán y extenderá el horario del toque de queda nocturno en Bagdad, bajo el plan de seguridad respaldado por las tropas de Estados Unidos para controlar la violencia, que este martes dejó al menos 18 muertos.
Según la cadena ABC, que citó como fuentes a altos responsables militares estadunidenses, Sadr habría dejado Irak en un vehículo con dirección a Irán junto con dirigentes de su movimiento.
De su lado, CNN indicó que por ahora se desconocen las razones por las que el clérigo radical chiíta dejó el país, pero que éste estaría preocupado por su seguridad.
Al Jazeera no informó sobre el asunto y ninguna otra fuente independiente pudo confirmar la versión.
Mientras, las medidas para el cierre de fronteras por al menos tres días fueron anunciadas este martes por el teniente general iraquí Abboud Gambar, en el canal de televisión estatal Al Iraqia.
Gambar no dio razones para las medidas, pero funcionarios estadunidenses e iraquíes han acusado a Siria de "no hacer lo suficiente" para detener a supuestos combatientes extranjeros que cruzan desde esa nación vecina hacia Irak.
El pasado domingo, altas autoridades militares estadunidenses destacadas en Bagdad presentaron lo que describieron como creciente evidencia de que se están utilizando armas iraníes para matar a sus soldados, e implicaron a las "esferas más altas" del gobierno de Teherán en el entrenamiento de combatientes iraquíes.
También aseguraron que son contrabandeadas hacía Irak armas iraníes a través de la frontera común.
Además, Gambar indicó que tendrá bajo su mando a la policía y a las fuerzas armadas, y solamente estará sometido a la autoridad del primer ministro Nuri Maliki.
El funcionario indicó además que Bagdad estará dividida en "10 zonas de seguridad" y subrayó que dispone de poderes para "detener, interrogar y registrar a individuos en caso de necesidad".
Las nuevas medidas fueron anunciadas durante otro día de violencia en la capital iraquí, en que un suicida con bomba detonó un camión cargado con explosivos cerca de una universidad de Bagdad, lo que provocó la muerte de 18 personas.
Por otro lado, el segundo al mando de la red Al Qaeda, Ayman Zawahri, dijo que el incremento de tropas en Irak ordenado por el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, es un juego destinado a fracasar, según un comunicado publicado en Internet, cuya autenticidad no fue confirmada.
A todo esto, la mayoría de los estadunidenses no aprueba el plan del presidente Bush, de enviar otros 21 mil 500 soldados a Irak, según un sondeo de Gallup y el periódico USA Today.
Al menos 60 por ciento de los estadunidenses se opone al despliegue de tropas en el país ocupado, que es parte de la nueva estrategia de Bush para restaurar la seguridad y la tranquilidad en Irak.
Además, 51 por ciento dijo que estaba en favor del debate en el Congreso para una resolución no vinculante.
Una abrumadora mayoría de estadunidenses, 63 por ciento de los consultados, apoya la acción del Congreso para retirar todas las tropas de la nación árabe para finales del próximo año, y 57 por ciento respalda un límite al número de efectivos, según la encuesta de opinión.