Concierto del cuarteto, con Valerie Naranjo como invitada, en el Lunario
Los artistas no comprometen la calidad en aras de la taquilla, dice el director de Tambuco
De acuerdo con el director de Tambuco, Ricardo Gallardo, la mediocridad es
uno de los rasgos distintivos del medio musical mexicano. En particular se refiere a la escasa difusión que prevalece en torno de esa actividad artística y el temor a la comercialización.
''De ninguna manera hablo de lo artístico aclara, el nivel que existe en
la música de cámara en el país es muy bueno, sobre todo en años recientes.
Los artistas no comprometen la calidad en aras de la taquilla.''
Por mediocridad, precisa que se refiere también a la organización de la vida musical. Esto explica la desproporción existente entre el reducido número de conciertos y presentaciones que se programan y lo numeroso de la población del país. Asimismo, cuestiona que el concepto de comercialización en la cultura se malentienda y malinterprete para que el trabajo de los artistas no sea bien remunerado, en concreto habla de los músicos.
''Decir que el arte no debería comercializarse es un argumento de los empresarios para no pagar. Esto es algo que se ha manejado mucho y con lo que se coartado la figura del músico.''
Esa es una dinámica con la que busca romper el trabajo de Tambuco, precisa
Ricardo Gallardo, quien como ejemplo de ello señala el concierto que el ensamble ofrece hoy en El Lunario del Auditorio Nacional.
Si bien no es la primera ocasión que actuarán en un escenario con fines
de lucro, para los cuatro integrantes de esta agrupación abocada a las percusiones dicha presentación representa ''un gran reto''.
Ello por la naturaleza del recinto y del público, que es muy diferente al de las salas de concierto, asumen Alfredo Bringas, Raúl Tudón y Miguel González, además de Gallardo.
Para ese concierto, Tambuco tendrá como invitada especial a la artista estadunidense Valerie Naranjo, reconocida en años recientes como la mejor percusionista dentro del llamado world music, a cuyo virtuosismo, entre otras cosas, se debe que en Ghana se haya levantado la prohibición a las mujeres de tocar el gyll, instrumento tradicional y ritual de esa nación africana.