Usted está aquí: jueves 15 de febrero de 2007 Ciencias Análisis de relámpago fósil prueba los riesgos del cambio climático

El rayo cayó hace 15 mil años en Libia, Africa, reporta la revista Geology

Análisis de relámpago fósil prueba los riesgos del cambio climático

El desierto de ese país se ha extendido 600 kilómetros en ese tiempo lo que refleja el proceso de aridez de esa región y de todo planeta, explica Navarro-González, de Ciencias Nucleares de la UNAM

JOSE GALAN

Ampliar la imagen El rayo estudiado se convirtió en vidrio, o fulgurita, en el lenguaje científico, explican. En la imagen, un cactus saguaro dibuja su silueta en medio de una tormenta eléctrica en el desierto de Arizona Foto: Ap

Hace 15 mil años la luz prácticamente se congeló, y hoy permite determinar que el desierto de Libia, en Africa contaba con vegetación adaptada al suelo semiárido, y que, por consiguiente, el cambio climático es un hecho real en este mundo cambiante, más aún por las acciones del hombre.

Y es que Rafael Navarro-González, investigador del Instituto de Ciencias Nucleares, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), analizó un rayo que cayó en esa zona hace 15 mil años y que, por la acción del calor, al tocar tierra y penetrar en su interior se convirtió en vidrio, o lo que en lenguaje científico se conoce como fulgurita, de fulgur, relámpago en latín.

A diferencia de otro tipo de fulguritas, que adoptan una figura similar a una zanahoria hueca, esta fulgurita presentaba en su interior burbujas de cristal que, al ser analizadas por el académico, resultó que contenían diversos gases, propios de las especies vegetales de la zona semiárida del norte de Africa.

Técnica llamada paleoecología

Así, determinó que hubo un cambio grande en el clima desde entonces: ha avanzado la desertificación. Advirtió que este proceso, gracias a la mano del hombre desde la Revolución Industrial, ha colocado a nuestro planeta en un grave riesgo. Lo demuestra un rayo convertido en fósil, analizado bajo las técnicas de la llamada paleoecología.

Esta investigación es sumamente seria, y fue publicada en la edición de este mes de la revista especializada Geology, editada por la Sociedad Geológica de Estados Unidos. A lo largo de cuatro años participaron en ella no sólo Navarro-González, sino también las universidades francesas de París 12-Val de Marne, y París 7-Denis Diderot; la Dirección de Inspección Geológica de Estados Unidos, con sede en Denver, Colorado; el Laboratorio de Investigación Física de la India en Navrangpura; el Instituto de Investigación para el Desarrollo de Nigeria, en Niamey, y la NASA en Moffett Field, California.

Hace 15 mil años, cuando uno de tantos rayos cayó en esa región del planeta con su temperatura de 30 mil grados centígrados, fundió, evaporó y descompuso la materia orgánica del suelo y subsuelo arenosos. Así, se congeló en el tiempo y formó las ya mencionadas fulguritas, lo que resulta en una evidencia contundente de la existencia de tormentas y lluvia hace 15 mil años, en el periodo conocido como pleistosceno tardío, época de mamuts y de tigres dientes de sable.

La mayoría de las fulguritas son huecas, pero un especimen llamó la atención de Navarro-González, ya que presentaba burbujas de cristal. Hallado en la parte egipcia del desierto de Libia, actualmente no hay en el sitio ningún tipo de vida ni humedad, sólo dunas de arena. El universitario estudió estas burbujas bajo la hipótesis de que podrían contener gas. Las sometió a pruebas de laboratorio aquí, en México, a través de un láser infrarrojo utilizado precisamente para simular en laboratorio rayos y relámpagos.

En su interior descubrió dióxido de carbono (CO2), monóxido de carbono (CO) y óxido nítrico (NO), que en un análisis cuidadoso de la composición elemental de tales gases el resultado arrojó que se trataba de gases emanados de materia orgánica presente en el suelo de ese desierto que había sido convertida en éstos gases debido a las altas temperaturas del relámpago.

Navarro-González y su equipo de colaboradores analizaron los isótopos de carbono de los gases contenidos en la fulgurita, y descubrieron que fueron formados por plantas adaptadas a la vida en climas áridos y calientes. Como ya se mencionó esa región actualmente es una zona carente de lluvia y de vida; no existe vegetación y, por lo tanto, los suelos carecen de materia orgánica.

Ambiente favorable para la vegetación

Actualmente la vegetación que podría generar ese mismo tipo de gases se encuentra 600 kilómetros hacia el sur, en una zona conocida en árabe como sahel, o borde, lo que ha llevado a los investigadores a proponer que, cuando se formó la fulgurita, el clima en esa zona era menos árido, más húmedo y, por lo tanto, más favorable para la vida vegetal.

Esto demostraría que el clima del planeta ha cambiado en el pasado reciente y, por primera vez, se descubrió que estas formaciones geológicas son, en realidad, cápsulas de tiempo que se han congelado para guardar información acerca del clima y la historia del planeta.

Lo anterior es válido, sobre todo en los procesos de desertificación. En 15 mil años, el desierto de Libia ha avanzado 600 kilómetros, lo que refleja el proceso de aridez no sólo de esa región, sino en todo el planeta. Cuando el rayo cayó y se congeló en el tiempo, el sahel se encontraba en los 24 grados de latitud norte, cuando el clima en el norte de Africa era más húmedo. Hoy este sahel se encuentra en los 17 grados de latitud norte.

"Es una evidencia de que el cambio climático -que se aceleró en el planeta a raíz de la Revolución Industrial esparcidos por el mundo en el siglo XIX- se va a intensificar en las zonas desérticas, una mala noticia para nuestro país si no se toman ya las medidas adecuadas", reflexionó el académico.

 
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