Usted está aquí: domingo 18 de febrero de 2007 Política Al PRI "hay que quitarle la simulación"

Beatriz Paredes

Al PRI "hay que quitarle la simulación"

FABIOLA MARTINEZ, CIRO PEREZ SILVA

Ampliar la imagen Beatriz Paredes, en la lucha por la directiva nacional del tricolor Foto: José Antonio López

Beatriz Paredes Rangel ha pasado más de la mitad de su vida en las filas del PRI. Tiene en su haber casi todos los cargos a los que puede aspirar un militante del tricolor.

Hoy contenderá nuevamente por la presidencia del Comité Ejecutivo Nacional del otrora partido hegemónico y, según expresiones públicas y sondeos de opinión, tendría el apoyo suficiente de sectores, grupos de interés y corrientes, caudal que en la propia jerga de la política mexicana se conoce como "la cargada".

En la lista están inscritos poco más de 17 mil consejeros, que se convierten este domingo en electores. Los organizadores han puesto candados para que el voto sea secreto, pero nadie en el partido se atreve a asegurar que el sufragio también sea libre.

Ahí está el apoyo de los gobernadores y de los líderes de grupos. Un dirigente estatal consultado, en una entidad donde el PRI es oposición -quien prefirió se reservara su nombre- responde, sin cortapisas, que él y los suyos votarán por Paredes.

-¿Ésa es la línea que recibieron? -se le pregunta.

-No, es un acuerdo de las organizaciones; a ella (Beatriz) la apoyamos desde que contendió en la interna con Roberto Madrazo y hemos decidido, todos, que nos sumamos a esa candidatura, además que tiene más arraigo local y experiencia que Jackson.

Es precisamente esta amplia trayectoria su bastión de lucha por la directiva del tricolor, pero también blanco de las críticas de sus oponentes, quienes contienden con la bandera de la renovación de cuadros.

Esta vez compite con la propuesta de llevar a su partido al "centro-izquierda" de la geografía política mexicana; asegura que tiene la "autoridad moral" para llevar al PRI por la senda democrática, y ofrece no asumir la dirigencia nacional como patrimonio personal.

En el transcurso de la breve campaña interna (un mes) ha insistido en que el presidente del tricolor tiene que ser sólo un "coordinador de esfuerzos", pero sobre todo promete un partido de decisiones horizontales en el que se alcancen consensos tomando en cuenta el peso específico de las fuerzas locales y en beneficio de las causas populares.

Al exterior, coloca al PRI como una oposición con capacidad de diálogo con el gobierno federal, oposición que -afirma- no es sinónimo de entreguismo; de igual forma, pretende luchar por una mejor distribución de la riqueza del país, sustentada en una reforma fiscal federalista como plataforma del desarrollo social.

"Construyamos el PRI del siglo XXI", es su lema, pero admite que el proceso atraviesa necesariamente por quitarle la simulación a este instituto político, el cual acumula ya dos derrotas en la Presidencia de la República.

En opinión de Paredes, quitar la simulación significa saber a ciencia cierta cuántos militantes le quedan al priísmo y, de paso, hacer lo que parece imposible: unir a esta organización.

"El PRI debe permanecer unido por sobrevivencia", advirtió en uno de sus recientes discursos de campaña.

Es posible que en la elección de hoy derrote al ex senador Enrique Jackson, su principal oponente, con lo que habrá llegado por fin a su objetivo, luego de varios intentos por ocupar una posición, lo mismo dentro del partido que en puestos de representación popular, como el intento frustrado -en 2006- por alcanzar el Gobierno del Distrito Federal.

La trayectoria

Nacida en Tizatlán, Tlaxcala, el 18 de agosto de 1953, Paredes se forjó una carrera sustentada en el liderazgo local, en el sector campesino, a la par de una rigurosa formación teórica en sociología.

A los 21 años de edad ya era diputada en el Congreso de su estado natal y posteriormente llegó a la legislatura federal, donde se convirtió en la primera mujer en responder un informe del presidente de la República. También fue senadora en la 57 Legislatura.

En el periodo 1987-1992 se convirtió también en la primera mujer que gobernó Tlaxcala; pasó de ahí a otros cargos públicos: subsecretaria de la Reforma Agraria (1982-1983); subsecretaria de Desarrollo Político de Gobernación (1994), y subsecretaria de Gobernación en el periodo 1994-1995.

También fue designada por el entonces presidente Carlos Salinas de Gortari como embajadora de México en Cuba (sombra que también le ha generado críticas de sus oponentes); presidenta del Parlamento Latinoamericano e integrante del consejo consultivo de UNICEF.

Dentro del PRI participó en el Frente Juvenil Revolucionario; fue secretaria de Acción Indigenista; directora de Promoción y Gestoría, y secretaria general.

Dentro de la Confederación Nacional Campesina se desempeñó como secretaria general de la Liga de Comunidades Agrarias de Tlaxcala, hasta alcanzar la secretaría general del sector campesino tricolor, una vez más como la primera mujer en ocupar ese cargo.

 
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