Demanda dar facultades a consejos para vigilar aplicación del programa partidista
Propone Nueva Izquierda que el PRD esté por encima de líderes carismáticos
Al continuar los trabajos del primer Congreso Nacional de Nueva Izquierda, el dirigente Guadalupe Acosta Naranjo dijo ayer que es necesario fortalecer al Partido de la Revolución Democrática (PRD), pues si es débil, las corrientes y los líderes carismáticos pueden hacer de él lo que quieran.
"Necesitamos un partido por encima de las expresiones y de sus dirigentes; reconocer que es mucho mejor la decisión colectiva, el debate abierto y los órganos horizontales, que las decisiones que estén por fuera de las instancias o de un solo hombre."
Las determinaciones unipersonales o al margen de las instancias de gobierno del partido nunca serán lo mejor. Por tanto, se requiere fortalecer al PRD y darle mayores facultades a sus instancias de dirección; llevar a las corrientes y a los caudillos a discutir al seno de los órganos colectivos, pues ahora ya nadie quiere acudir a ellos. Los gobernadores en sus estados o los dirigentes nacionales carismáticos no se paran en los consejos, aseveró.
En su participación, al inicio de los trabajos de este sábado, insistió en que se requiere hacer de la dirección horizontal una verdadera instancia de decisión, y "eso no es estar en contra de nadie". Si el partido se fortalece, crece en institucionalidad, vamos a crecer todos y a resolver nuestros problemas, agregó.
Como uno de los principales dirigentes de la corriente Nueva Izquierda, el secretario general del sol azteca hizo un diagnóstico de la situación que impera en esta organización. Refirió por ejemplo que el instituto político no supervisa la orientación de sus gobiernos y tampoco incide para que apliquen los principios y el programa del partido.
Tal situación ha provocado que algunos ubiquen al PRD como una franquicia electoral, que les sirve cuando van a ser postulados como candidatos, pero una vez que ganan "nos dicen: 'ustedes no se metan'".
Eso es un error, subrayó, porque algunas administraciones no secundan los principios del partido y no actúan con la ética que merece la izquierda mexicana. Por ello, propuso que los consejos sean reformados para que tengan facultades de orientación, vigilancia y de aplicación del programa perredista.
En su exposición también propuso vincular al PRD con los movimientos sociales y sindicales, e incluso tener carteras para sus representantes, tal y como sucede en otros institutos políticos de izquierda.
A su vez, ante miles de delegados de todo el país, Jesús Zambrano, dirigente de Nueva Izquierda, manifestó que la dinámica actual de las corrientes deteriora la vida del partido; que la toma de decisiones importantes fuera de los ámbitos institucionales, en las que participan los liderazgos importantes, desacredita al instituto político, y que la actuación de gobernantes que se erigen en "jefes naturales" e imponen su determinaciones desnaturaliza a los órganos internos.
Resaltó que esos problemas obedecen en lo fundamental al tipo de partido que se organizó y que ya no responde a la realidad vigente.
"Reconozcamos que en los hechos nos fuimos convirtiendo en un partido-frente o en un gran partido de minipartidos, o cuasi, o protopartidos, y que no tuvimos la capacidad de rediseñar a tiempo nuestro entramado institucional."
En esa lógica, agregó, se perdió el centro institucional en la toma de decisiones y la vida interna se pervirtió y se abandonó por una extrainstitucional situada en las corrientes y en los liderazgos unipersonales. "En ese camino fuimos siendo víctimas de una suerte de deformación ética", reconoció.
Pero "si asumimos con crudeza esa realidad y adecuamos nuestras reglas al tipo de partido que tenemos en los hechos, y aportamos nuestras voluntades para respetar esas reglas con un programa básico y con una estrategia general compartida, podremos dar el salto y salir de la crisis", aseguró.
Por su lado, Jesús Ortega Martínez, también dirigente de Nueva Izquierda, advirtió que el sol azteca debe reformarse, pues de lo contrario corre el riesgo de deformarse, con lo cual se perdería la gran posibilidad de que el país se transforme desde una visión y una perspectiva de izquierda.
En la transformación de este partido, expresó, es necesario hacer una reflexión histórica, pero no anclarse en el pasado, como ya lo hizo Acción Nacional, cuyos militantes se han calzado la ropa de los conservadores del siglo XIX, particularmente la de Lucas Alamán.
Ortega Martínez pidió por último aprender del liberalismo social para recrearlo en la democracia y para rearmarlo en las nuevas condiciones del país.