Líderes de la coalición oficial acuerdan un programa no negociable de 12 puntos
Decide la centroizquierda respaldar a Prodi para que continúe como premier de Italia
Roma, 22 de febrero. Los líderes de los partidos de la coalición de centroizquierda italiana acordaron respaldar a Romano Prodi para que continúe como primer ministro, tras apoyar al funcionario en un programa político no negociable de 12 puntos, informó este jueves un portavoz del dirigente que encabezó el gobierno centroizquierdista.
El acuerdo se logró luego de una reunión en que Prodi, quien renunció el miércoles luego de una derrota en el Senado sobre temas de política exterior, busca reunir suficiente respaldo como para formar un nuevo gobierno, en tanto que el presidente Giorgio Napolitano mantenía consultas para determinar si el ex gobernante tiene suficiente apoyo para reasumir y encabezar un gobierno o si debe ser remplazado.
En todo caso, analistas políticos consideran que es improbable que se convoque a nuevas elecciones.
Al cierre de esta edición no había detalles sobre el acuerdo logrado para garantizar la permanencia de Prodi en el poder, mientras en sectores de la izquierda fueron ampliamente criticados los dos senadores que con sus abstenciones en la votación clave de ayer obligaron a renunciar a Prodi;
Fernando Rossi, comunista, y Franco Turigliatto, trotskista del partido Refundación Comunista, dijeron que no fue su intención que el jefe de gobierno se alejara de su cargo. Pero los periódicos de centroizquierda publicaron titulares como "Ellos traicionaron a 19 millones de votantes".
"Quizá si hubiese sabido que mi voto era tan fundamental lo habría pensado un poco", dijo Rossi, en un tono de disculpa, a la prensa italiana.
Turigliatto, quien afirmó que renunciará al Senado, aclaró que se abstuvo durante la votación. "Yo no fui el factor determinante", sostuvo.
Hasta la elección de abril pasado, la izquierda italiana había estado en un páramo político durante cinco años, mientras el hombre más rico de Italia, el conservador magnate de los medios de comunicación Silvio Berlusconi, dirigía el país con una política exterior favorable a Estados Unidos y sus aventuras bélicas.
Prodi aceleró el retiro de tropas desde Irak, pero molestó a legisladores como Rossi y Turigliatto al no poner fin a la participación de Italia en la misión en Afganistán encabezada por la Organización del Tratado del Atlántico Norte.
Ellos y otros pacifistas de la coalición gobernante querían que Prodi revirtiera la autorización de Berlusconi para expandir una base militar estadunidense en Vicenza, en el norte de Italia. Decenas de miles de personas se les unieron el sábado en una marcha de protesta en la ciudad.
En el Senado, Prodi obtuvo 158 votos en favor de su política exterior, dos menos de los 160 que necesitaba.
"Somos un país de locos", concluyó el canciller Massimo D'Alema. "Esto es un golpe, un verdadero golpe", agregó.
Pero para Prodi, cuyo gobierno de nueve meses terminó el miércoles al igual que su anterior mandato como primer ministro hace nueve años, fue una vuelta al pasado. Entonces, igual que ahora, los comunistas le dieron la espalda.
D'Alema, un ex dirigente comunista, dijo que los izquierdistas radicales eran un claro problema para un gobierno de centroizquierda como el de Prodi, que tenía estrecha ventaja de un escaño en el Senado.
"¿Qué esperan si los electores ponen a trotskistas en el Parlamento?, esto es lo menos que podría pasar", sostuvo.
¿Qué sigue para la izquierda de Italia? Mucha reflexión, según los periódicos de esa tendencia, que parecen cuestionar si los sectores radicales están tan acostumbrados a estar en la oposición que no son capaces de sumarse a una agenda común cuando llegan al poder político.
"En el día más triste para aquellos de nosotros que votamos por la Unión (la coalición de Prodi), sería incluso más insostenible si no vemos la realidad de frente", publicó L'Unita, el periódico del mayor partido político del gobierno, los Demócratas de Izquierda.