Dan a conocer el volumen Una trayectoria intelectual comprometida
Filosofía de la praxis, principal aportación de Sánchez Vázquez, afirma Ambrosio Velasco
La principal aportación de Adolfo Sánchez Vázquez es su filosofía de la praxis, y el rasgo distintivo de ésta es la congruencia entre el pensar y el hacer, entre teoría y práctica, en los campos de la estética, la ética y la filosofía.
Así lo planteó el filósofo Ambrosio Velasco durante la presentación del libro Adolfo Sánchez Vázquez. Una trayectoria intelectual comprometida, que recoge cinco conferencias del filósofo español y mexicano en las que aborda las vicisitudes de su pensamiento a través de sus obras fundamentales.
Publicado por la UNAM, este libro fue presentado en el Salón de la Academia de Ingeniería, en el contexto de la Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería, por Velasco, Jaime Labastida, José Luis Balcárcel y Federico Alvarez, que mostraron gratitud a quien consideran su maestro, ausente debido a motivos de salud.
Velasco abordó una etapa poco conocida de Sánchez Vázquez: su inclinación juvenil por la creación poética y su interés por la literatura. Y leyó algunos ejemplos que ilustraron cómo el futuro filósofo percibía y respondía a las circunstancias de la República española.
Era, observaba aquel poeta de 17 años, "una España que se dirige a un abismo". Se trata, comentó Velasco, director de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, de "una poesía maravillosamente trágica".
Después, comentó Velasco, la voz poética de Sánchez Vázquez decae para dar entrada a su voz filosófica, la cual desarrolló sobre todo en México, donde ha radicado la mayor parte de su vida y desarrollado el grueso de su obra filosófica.
Sánchez Vázquez, abundó Velasco, no combinó ambos discursos, pues cerró el de la poesía y abrió el de la filosofía. El estaba convencido, agregó, de que era el valor argumentativo el que más debería de privar en su vida.
Se trata pues, añadió, de un filósofo con "alma de poeta" cuyo compromiso fundamental ha sido el trabajo intelectual para transformar la realidad, en busca de un mundo más justo.
En ello coincidió Jaime Labastida, quien destacó la congruencia y el elevado nivel moral en la conducta del filósofo en lo académico y lo político.