Usted está aquí: miércoles 28 de febrero de 2007 Estados Abandonados, albergues para jornaleros agrícolas en Hidalgo

En uno de los centros hay alimentos almacenados desde noviembre; ya caducaron

Abandonados, albergues para jornaleros agrícolas en Hidalgo

La Secretaría de Desarrollo Social federal y el gobierno del estado se disputan la administración

CARLOS CAMACHO CORRESPONSAL

Ampliar la imagen Alimentos, mobiliario y equipo se echan a perder en uno de los albergues para jornaleros agrícolas en Hidalgo, donde supuestamente se proporcionaría a estos trabajadores alimentación, hospedaje y capacitación Foto: Carlos Camacho

Huejutla, Hgo., 27 de febrero. Decenas de litros de leche, queso petit suisse -mejor conocido en México por la marca comercial Danonino- y otros alimentos están pudriéndose desde noviembre en una habitación del albergue para jornaleros agrícolas ubicado en la comunidad Zapotitla, municipio de Huejutla.

Esos productos serían parte de despensas para jornaleros beneficiarios de un programa de apoyo de los gobiernos federal y estatal.

El albergue de Zapotitla está prácticamente abandonado. Aunque sus instalaciones no se ven deterioradas y dos albañiles realizan trabajos de acondicionamiento, en los cuartos habilitados como bodegas hay decenas de cajas con alimentos que debieron haberse entregado en noviembre del año pasado.

Los cubos de queso petit suisse tienen fecha de caducidad del 17 de diciembre de 2006, y la leche caducó en noviembre de ese año.

Un grupo de niños aprovechó recientemente que las puertas de las bodegas fueron abiertas por un momento para sacar a hurtadillas los quesos y comerlos, sin temor a intoxicarse.

El promotor social Octavio Hernández dijo trabajar en el albergue, pero se negó a dar información sobre los alimentos en estado de descomposición, y pidió acudir al coordinador regional, Hilarión Vicente, quien se encarga de los centros de atención a jornaleros agrícolas de Yahualica, Tlanchinol y Huejutla. Hay uno más en Jacala.

El panorama en el centro de atención a jornaleros agrícolas de Zapotitla es semejante al de Tlanchinol (ambos fueron construidos en septiembre de 2004): hay costales llenos de productos básicos listos para empaquetar y entregarlos en despensas a 352 beneficiarios, que teóricamente serían personas que se preparan para irse a trabajar a campos de cultivo del norte de México.

En estos cuatro centros se les proporcionaría alimento, cursos de capacitación, hospedaje y una despensa.

La construcción del albergue de Tlanchinol costó 756 mil 875 pesos, monto que incluyó apoyos alimentarios para los trabajadores migratorios.

El albergue consta de dormitorios, baños, regaderas y dos aulas, una equipada para cursos de capacitación.

Nada de esto funciona, aunque hay dos empleados de la presidencia municipal de Tlanchinol encargados de dar mantenimiento al centro, así como un policía. A la entrada del albergue están arrumbados varios monitores de computadoras. ''Ya no sirven'', comentó uno de los veladores.

Aquí al menos se empacan despensas que serán entregadas en unos días, pero en Zapotitla los alimentos de plano se echaron a perder por el abandono del lugar y el desinterés de las autoridades.

Los gobiernos federal y estatal se han enfrascado en una disputa administrativa, pues la Secretaría de Desarrollo Social (Sedeso) federal controla los albergues y el gobierno estatal pretende administrarlos por su cuenta.

Víctimas de enganchadores

De acuerdo con el secretario de Desarrollo Social del gobierno estatal, Federico Hernández Barro, en las regiones de la Sierra Gorda y la Huasteca hidalguenses se acentúa el fenómeno de la migración: cada año más de 40 mil jornaleros dejan sus comunidades; 98 por ciento son indígenas, vulnerables a la contratación informal que practican los llamados enganchadores.

Estos intermediarios ofrecen un salario menor a 500 pesos semanales y tardan de 90 a 120 días en pagar. Además, la mayoría de las veces entregan salarios incompletos, con descuentos injustificados; sin embargo, los jornaleros no pueden exigir lo que corresponde al trabajo realizado, pues no existe un contrato que les garantice los derechos que la ley otorga.

Durante la presente administración estatal, que encabeza el gobernador Miguel Angel Osorio Chong, se aplicó el Programa Hidalgo de Asistencia a Jornaleros Agrícolas, que incluye la construcción y operación de cuatro centros de atención a trabajadores migratorios (todos abandonados desde su instalación), donde se pretendía dar asistencia en salud, alimentación, educación, capacitación y asesoría laboral, así como vinculación directa entre los jornaleros y los empresarios agrícolas.

De este modo se pretendía dar seguridad a la población migrante de 14 municipios y 586 localidades hidalguenses, que anualmente se desplazan a los estados de Nayarit, Sinaloa, Sonora, Colima y Baja California Sur.

También se buscaba obtener un ingreso semanal de entre 850 y mil 300 pesos, sin las mermas que aplican los intermediarios, lo que también generaría una derrama de dos millones de pesos mensuales en localidades indígenas de la Huasteca y la sierra hidalguenses.

Hoy los cuatro centros de atención migratoria están en manos de la Sedeso, y el gobierno estatal busca que se les transfiera para manejarlos y operarlos, pero el convenio correspondiente no se ha concretado.

 
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