Usted está aquí: domingo 4 de marzo de 2007 Cultura Lamenta Tovar de Teresa que los coleccionistas actuales se dejen llevar por la moda y la banalidad

Editan el libro Museo Franz Mayer. 20 años de arte y cultura en México

Lamenta Tovar de Teresa que los coleccionistas actuales se dejen llevar por la moda y la banalidad

Los minimalistas dicen saber de arte sin tener la más remota idea de lo que es, afirma el historiador

CARLOS PAUL

Una especie de visita guiada por la historia y el diverso acervo artístico que alberga el Museo Franz Mayer, es lo que resulta de la lectura del espléndido volumen Museo Franz Mayer. 20 años de arte y cultura en México, editado para conmemorar la trayectoria y vocación de ese recinto.

En el acto de presentación realizado la noche de este jueves, el historiador Guillermo Tovar de Teresa destacó el perfil y la visión que tuvo el coleccionista Franz Mayer, quien en cierto modo "es representativo de una actitud moderna, al rescatar todo aquello que negó el siglo XIX, periodo iconoclasta y destructor".

Tras comentar la historia del coleccionismo, De Teresa describió cómo es que surge el estado moderno, el museo público, los coleccionistas especializados y cómo, en cierto momento, se da una acumulación del patrimonio artístico. "Fue la época de las bodegas y la acumulación", señala el historiador.

Pero ahora estamos en una época, explicó, "en la que lo importante y lo que funciona es la ventana, la capacidad de difusión que tenga el nuevo concepto de museo. Lo importante ahora es la exposición, en la que el público pueda tener acceso a disfrutar el mayor número de objetos".

El investigador -a manera de dialogo con Eduardo Turrent y Díaz-, habló también de la vocación del coleccionista y sus diferencias cualitativas, señalando que "en un periodo había estilos y a éstos los han seguido las modas.

"Entre más banal es la gente, pues más atenta está a la moda. En ese sentido, se pone de moda, por ejemplo, coleccionar cuadros con diseños de latas Campbells, y la gente los compra en millones de dólares y les parece que es una obra de arte. Respeto su decisión, aunque no la comparto".

De Teresa abundó: ''También hay personas, por ejemplo, que ahora se han vuelto minimalistas; decoran sus casas con tres sillas, un mechudo y un cuadro, así no tienen que ejercitar sus facultades sensitivas, es decir, les da el pretexto de parecer personas que saben de arte, sin tener la más remota idea de lo que es, aunque paguen millones de dólares por un objeto. Eso es un disfraz, una coartada muy singular de nuestro tiempo".

Así, continuó De Teresa, "creo que Franz Mayer no hubiera estado de acuerdo con los minimalistas, ya que tuvo una formación cultural, humanística y universal. Hoy, la televisión y los medios cibernéticos, por ejemplo, quitan mucho tiempo para leer. Si con dificultades leemos un periódico, leer un libro se vuelve una cosa muy rara, y un libro especializado, más aún".

De Teresa señaló la diferencia entre patrimonio cultural y propiedad. En ese sentido, "es de resaltar que Franz Mayer, como hombre dedicado a los negocios, haya destinado una parte muy importante de su capital a formar la colección del museo que lleva su nombre, lo que es un gesto inteligente y visionario".

 
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