Usted está aquí: lunes 5 de marzo de 2007 Política Pendiente, amparo de Osiel Cárdenas sobre su detención

Busca saber los motivos de su aprehensión y quién lo delató

Pendiente, amparo de Osiel Cárdenas sobre su detención

ALFREDO MENDEZ ORTIZ

Antes de ser extraditado a Estados Unidos, Osiel Cárdenas Guillén, líder del cártel del Golfo, estaba a la espera de saber si un juez federal le concedía un amparo con el que pretendía conocer los verdaderos motivos de su detención, ocurrida el 14 de marzo de 2003, quién delató su ubicación y cuál fue la implicación de la agencia antidrogas estadunidense (DEA) y del Ejército Mexicano en su aprehensión.

El capo de la droga interpuso su demanda de garantías cuando todavía se encontraba en el penal federal del Altiplano, antes La Palma, ubicado en Almoloya, estado de México, con la cual también pretendía dejar sin efecto varias órdenes de aprehensión que provocaron su captura en Matamoros, Tamaulipas, hace cuatro años.

Además, con esa petición de amparo, Osiel Cárdenas pretendía que se obligara a las autoridades federales, específicamente a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y/o a la Procuraduría General de la República (PGR), a que revelaran quién delató la ubicación del presunto narcotraficante, lo que derivó en su detención en Tamaulipas, luego de un enfrentamiento a balazos con elementos del Ejército.

La idea central del inculpado era conocer si fue alguna persona cercana a él, que se hubiera acogido al programa de ''testigos protegidos'', quien lo traicionó ante las autoridades policiacas.

De acuerdo con fuentes judiciales de primer nivel, el capo mexicano, ahora detenido en una prisión de máxima seguridad de Estados Unidos, luego de haber sido extraditado la segunda semana de enero pasado, exigió que se le explicara por qué fue detenido por militares, elementos de la Agencia Federal de Investigación (AFI) y judiciales estatales y municipales de Tamaulipas, auxiliados por agentes de la DEA, sin que le mostraran una orden de aprehensión sino hasta varios días después.

Según consta en una demanda de amparo tramitada en el juzgado 11 de distrito en materia penal del primer distrito, Cárdenas Guillén rechazó haber cometido los delitos de delincuencia organizada, contra la salud y portación de arma prohibida, que le imputó la PGR en el año 2002.

A decir del quejoso, esos cargos le fueron notificados varios días después de su detención, ocurrida en marzo de 2003, sin que previo a ella se le hubiera agotado su garantía de audiencia establecida en la Constitución. Además, en la misma demanda el inculpado sostuvo que su detención fue ilegal, porque participaron agentes estadunidenses.

El juicio de garantías sigue su trámite, pero de acuerdo con las fuentes consultadas, ante la ausencia de Cárdenas Guillén -quien ya no ha dado seguimiento a la demanda por encontrarse recluido en territorio estadunidense- es probable que el juez del caso determine sobreseer el expediente (desecharlo) judicial.

Osiel Cárdenas fue uno de los capos que mayor control ejercían sobre el tráfico de estupefacientes en el país, y quien mayores cantidades de droga introducía mensualmente a Estados Unidos. Desde 2005, la PGR tenía registros de que el cártel del Golfo, comandado ya desde prisión por Cárdenas Guillén, mantenía vínculos con los hermanos Benjamín y Francisco Arellano Félix, del cártel de Tijuana.

La unión entre ambos grupos delictivos se dio para contrarrestar otra alianza de narcos mexicanos: la de Joaquín El Chapo Guzmán, líder del cártel de Sinaloa, con los hermanos Beltrán Leyva y Eloy Treviño, mismos que buscan apoderarse de plazas como Matamoros y Nuevo Laredo, Tamaulipas, dominadas estas últimas por el cártel del Golfo.

 
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