Ciudad Perdida
Los viejos cacicazgos del transporte
Su oposición a más corredores confinados
Ahora salen con el sambenito de las expropiaciones
Para encontrar la punta de la hebra a la madeja de intereses que se enredan en torno al transporte público concesionado de pasajeros en el Distrito Federal, es necesario entender, principalmente, que se trata de un problema en el que se hallan estacionados viejos cacicazgos, por ello formas de dominación y explotación cada vez más injustas, que lo han convertido en un sistema altamente peligroso e ineficaz.
Si bien es cierto que el Metro ha carecido de la suficiente inversión para prestar el servicio de transporte con el mayor grado de seguridad a los pasajeros, lo que bien podríamos llamar transporte de pasajeros privado, está tocado de muerte. Las unidades, viejas y muy contaminantes, recorren día con día las calles de la capital mostrando un mensaje de incertidumbre que bailotea entre rechinidos con la esperanza continua de que se haga el milagro de terminar el día sin percances.
La inversión en nuevas unidades no existe y tampoco se fabrica, desde el siglo pasado, ese tipo de transportes, así que no existe alternativa. Los conductores nunca han recibido algún curso de capacitación formal que les permita, cuando menos, tener el conocimiento básico del reglamento de tránsito, y para muchos de ellos las señales de orden vial son signos incomprensibles.
Hay que aclarar que todo esto, que es apenas un esbozo del problema, ha sucedido a ciencia y paciencia de la autoridad que, entre otras cosas, se convirtió en cómplice de los llamados permisionarios, y que les permitieron, por ejemplo, adueñarse de calles para convertirlas en "paraderos" a los que concurre la inseguridad, el caos y la mugre, además de los pasajeros.
Todo esto es lo que pretenden defender ahora los transportistas que buscan impedir la construcción del corredor del Metrobús a lo largo del Eje 4 Sur.
La creación de una nueva empresa en la que los actuales dueños de los afamados "micros" tuvieran participación accionaria y beneficios económicos, tal vez más amplios que los que reciben en la actualidad, no les convence de cambiar las formas porque rompería con las cadenas de corrupción en las que ahora están atrapados.
La creación de 10 líneas de Metrobús para este sexenio parece inalcanzable, pero no poner en marcha cuando menos la mitad sería llevar al caos vial a la ciudad. Ese proyecto del Gobierno del Distrito Federal parece, a la luz de sus problemas, una jugada de gran audacia, pero la mancuerna Marcelo Ebrard-Armando Quintero parece decidida a lograrlo, pese a los grandes escollos que presenta.
De cualquier forma el primer pasó ya se ha dado, pese a las campañas, incluso de terror -se han desatado rumores de que el gobierno expropiará las casas de la gente que vive sobre las avenidas por donde correrá el Metrobús- que buscan crear bloques de oposición, y en breve se empezará la construcción de ese medio de transporte.
Lo cierto en todo esto es que los transportistas caciques siguen en la lucha por no perder sus privilegios, ni defraudar los intereses cómplices de algunos funcionarios que los han cobijado desde hace algún tiempo. El temor por hacer lo correcto frente a los poderes fácticos que inundan la ciudad, se ha desvanecido, y la decisión ya está tomada. Veremos qué pasa.
¿Y los taxis?
Durante la mañana de hoy se dará a conocer, desde el gobierno de la ciudad, una serie de medidas para hacer que los taxis "legales" se conviertan en regulares, porque por si usted no lo sabe, más de 50 por ciento de los vehículos que cobran con taxímetro no cumplen con los requisitos que impone la ley, para permitirles prestar el servicio. Habrá excenciones fiscales que costarán al GDF hasta 100 millones de pesos, pero por fin se podrá tener un padrón confiable de vehículos y sus manejadores.
Así pues, hoy se dirá que además de los taxis piratas hay taxis "ilegales" a los que la autoridad abrirá la puerta para que cumplan con sus obligaciones. Para ello habrá rebaja en los cobros, y dicen que hasta facilidades de pago. ¡Ya era hora! Desde hacía 30 años que no se revisaba la situación de esos vehículos de alquiler.