Los mexicanos se mantuvieron ajenos a la competencia en el Hermanos Rodríguez
Al más puro estilo microbusero Pablo Montoya ganó la Nascar
Se dio el lujo de remontar a todos después de una parada en pits con bandera amarilla
Pruett quiso pelearle el primer sitio y terminó en quinto lugar tras un trompo
Ampliar la imagen Montoya se convirtió en el primer latino que gana en la serie Nascar Foto: Roberto García Ortiz
Juan Pablo Montoya terminó con el mito trascendido entre los pilotos mexicanos, que apuntan hacia años de experiencia para destacar en la serie Nascar. El colombiano impuso la ley del buen conductor, al más puro estilo de microbusero que demanda la categoría, para convertirse en el primer latino con una bandera a cuadros al mando de estos bólidos.
Los mexicanos se mantuvieron ajenos a la competencia por los primeros puestos en el autódromo Hermanos Rodríguez, donde los dos locales mejor ubicados fueron Jorge Goeters, que terminó séptimo, y Adrián Fernández, noveno.
Michel Jourdain, en el puesto 25, y Germán Quiroga en el 28, también cubrieron las 82 vueltas al trazado de 4 kilómetros, mientras que Rogelio López, Carlos Contreras, Rubén Pardo y Antonio Pérez, abandonaron por diversos fallos en sus autos.
Montoya demostró su calidad de ex Fórmula 1, con un notable control del bólido stock que apenas había conducido en Fontana y Daytona, carreras que terminó en los últimos puestos. Se dio el lujo de remontar a la fila entera de participantes, al regreso de una obligada parada en pits con bandera amarilla, por la que había perdido la punta y se fue a la cola.
Montoya capitalizó los factores que lo rodearon en esta competencia: el respaldo del público con el que se identificaba desde que corrió en México hacia principios de los años 90, además del poderoso auto que le proporcionó el equipo Chip Ganassi para arrancar desde la tercera posición, detrás de Pruett y Contreras.
El colombiano, que antes de llegar a esta categoría de autos cerrados había brillado sólo en fórmulas, parecía no tener prisa para hacerlo en este circuito que bien conocía. Fue hasta el giro 30 cuando se lanzó al ataque librando con manejo agresivo a los de adelante, que simplemente le abrían paso.
De hecho, así negoció la punta con su coequipero, el experimentado Scott Pruett, aunque éste no se rindió fácil.
Tal vez la mayor prueba para Montoya, al perder el liderato en la vuelta 52, fue cuando tuvo que salir a fosos en bandera amarilla -originada por un contacto que desequilibró a Jorge Goeters-. Tardó más de 30 segundos en reintegrarse a la fila, pero al rearrancar fue rebasando uno a uno a los rivales, para lo cual aprovechaba otras banderas de control por diversos incidentes.
Justo cuando perseguía a Pruett, el estadunidense dio un volantazo a la derecha al final de la recta principal, pero en lugar de impedirle el paso, terminó haciendo un trompo y el colombiano salió librado en punta, hacia el giro 71, mientras que Pruett perdió tiempo y terminó quinto.
Aunque se produjeron dos banderas más que comprometieron su liderato, uno de ellos con Shane Hoffman, el colombiano libró hasta piezas de coches esparcidas por la pista para enfilarse hacia su primera bandera a cuadros, y abrir así el camino de los latinos en la Nascar Busch.