Más de 10 mil gargantas hicieron eco de sus temas en el Auditorio Nacional el sábado
Coldplay levitó en impecable y honesto espectáculo de rock
En algunos países, como México, las ganancias para los campesinos no son justas, por eso intentamos hacer algo mediante la campaña Comercio con Justicia, afirmó Chris Martin
Ampliar la imagen Apuesto a que las tortillas saben mejor cuando están hechas con maíz mexicano, dijo Chris Martin, líder de la banda, en la imagen
Chris Martin -líder de la banda inglesa Coldplay-, cual reflejo de la liviandad, flotó en el escenario. Agradecido con un público fiel, reiteró en español que el de México es "nuestro favorito en el mundo". Y después de un momento, volvió a levitar, ahora hacia el centro de las gradas para mezclarse entre la audiencia y cantar a todo lo alto piezas que hicieron eco en las más de 10 mil gargantas que se reunieron la noche del sábado en el Auditorio Nacional, en el primer concierto del grupo en México.
En charla, horas antes de su segundo y último concierto (ayer), con el cual también cerraron su actual gira, expresaron que el éxito de la campaña (a la cual pertenecen) de Comercio con Justicia, cada vez es mayor, cada vez la conoce más gente. Hace días, Martin expuso: "He hablado con los agricultores de este país y sé que pasan por momentos difíciles debido a las importaciones a Estados Unidos".
En su visita anterior, hace cuatro años, se acercaron a comunidades rurales de Puebla. En distintos países, expuso Martin, algunos campesinos reciben una ganancia más justa, "pero en lugares como México no es el mismo trato e intentamos hacer algo. Es fácil hablar de cosas sociales y de las reglas de comercio, pues es un tema que ya no se puede ignorar. Todo mundo se interesa por lo que puede pasar con las elecciones en Estados Unidos el próximo año, tiene esperanzas, pero éstas desaparecen porque son todos unos idiotas (los políticos). En México nos damos cuenta de que sí hay esperanza con esta gente pobre que está luchando".
El TLCAN, desequilibrado, señalaron
Función olvidada por las grandes estrellas de rock, la de líder de opinión le viene bien a los integrantes de Coldplay. La entrada en vigor del capítulo del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) relativo al campo es "injusto, por las asimetrías entre las economías", razón por la cual apoyan Comercio con Justicia de Oxfam Internacional, desde 2002, para "exigir un cambio en las reglas del mercado".
En días pasados, Martin y sus compañeros señalaron, respecto del incremento al precio de las tortillas mexicanas, que esto courrió porque, entre otros factores, el maíz es utilizado para producir combustible para autos: "Apuesto que las tortillas saben mejor cuando están hechas con maíz mexicano. En México ya son 250 mil los que se han adscrito a la asociación (www.comercioconjusticia.com)", comentaron.
El concierto que ofreció la banda inglesa la noche del sábado fue emotivo. Fue el perfecto estado de un performance de rock: la potencia y calidad, y la entrega de un público complacido que ni siquiera pidió con ansia el encore. Para la mayoría ya había sido suficiente dosis de reflexión sonora.
Eran las 21:30 horas. Luego de la aparición de la banda telonera, la regiomontana Volován, alarido de grandes decibeles, colocaba la alfombra roja para la aparición de Chris Martin (guitarra, piano y voz), Johnny Buckland (guitarra), Guy Berryman (bajo) y Will Champion (batería). La moderna iluminación acariciaba los cuerpos desde el primero hasta el último de los acordes, siempre al unísono, destellos de la descarga de las precisas notas. Fue un verdadero espectáculo de rock británico; fino, honesto, con sonido impecable y con la retroalimentación de un audiencia volcada.
Sonaron Square 1 y Politik, que se fusionaban con los incesantes gritos de los presentes, que aumentaban cada vez que el cantante Martin hablaba en español. La presentación iba creciendo conforme los minutos avanzaban. Vino Yellow, al tiempo que cayeron unos globos de colores inmensos de la parte de atrás del recinto hasta las primeras filas ("eramos un grupo en blanco y negro, pero ahora tenemos colorido", dijo Martin en la conferencia).
Placer de ver la alegría
Martin levitaba de un lado al otro del escenario. Con Speed of Sound masticaba el placer de ver a gente tan alegre de presenciarlos y respirarlos. Se colgaba la guitarra acústica con God Put a Smile, y en la siguiente canción quería tener coito con su piano, con What If. Y siguió en la tónica incendiaria con Sparks (chispas), lo que necesitaba el público para seguirlo a coro.
Martin subía al piano, se tiraba al piso, tomaba su guitarra, gozaba cada momento. Sus seguidores le habían preparado algunas sorpresas como la de los globos, o Las mañanitas que le cantaron en un coro general porque el pasado viernes cumplió años. Las luces del auditorio se prendieron y los Coldplay sacaron una cámara desechable para tomar un par de fotos al público. "Estamos muy felices de compartir con ustedes esta noche. disculpen, pero mi español es a fucking shit", dijo Martin.
Sesión acústica
Shiver, White Shadows y The Scientist, que hicieron que los más de 10 mil asistentes corearan de pie las piezas. Martin al piano, dejó de cantar para que el monstruo lo hiciera por él. Luego ofrecieron una leve sesión acústica en la esquina del proscenio, a la orillita, cerca de la gente, en la que el vocalista pidió el más absoluto silencio. Sonó Till Kingdom Come y un clásico del Elvis Presley Love me tender. Berryman en la armónica, Buckland y Champion en las guitarras, y Martin, la voz: un pequeño desenchufado.
Regresó la potencia con Clocks y Talk, dos piezas que sin duda hicieron que esta banda brit rock sonara en el mundo entero. Pero el clímax fue con In My Place: "Estuve perdido cruzando líneas que no debí haber cruzado..." y Martin la cruzó micrófono en mano, abajo del escenario, hasta el centro de las butacas donde fue tocado, y donde se erigió como figura adorada. Remataron con Fix You, la cereza del pastel. La gente ya no pidió más al verlos abrazados, agradeciendo a su gente la respuesta.
"Es difícil saber qué va a pasar en el futuro. Lo único que tenemos en mente es hacer un nuevo disco. No es adecuado pensar demasiado en el futuro. Nos sentimos afortunados de estar juntos como grupo. Tal vez cuando tengamos 86 años estaremos haciendo lo mismo, tal vez no", aseguraron.