Advierten que podrían paralizar secretarías, IMSS e inclusive cerrar carreteras
Miles de trabajadores rechazan las políticas aplicadas por Calderón
''El gobierno viene con todo contra los obreros'', expresan
La visita de Bush genera repudio
Ampliar la imagen La concentración casi abarrotó el Zócalo de la ciudad de México Foto: Francisco Olvera
En el Zócalo capitalino confluyeron ayer varias protestas contra la administración del presidente Felipe Calderón. Convocadas por el Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), organizaciones de diversa índole manifestaron que es preciso poner un alto a este gobierno que ''viene con todo contra los obreros'', y ante ello advirtieron que están dispuestos a paralizar secretarías como la de Hacienda, instituciones como el Seguro Social e inclusive cerrar carreteras.
Miles de trabajadores que casi colmaron la Plaza de la Constitución también se manifestaron en contra de la próxima visita del presidente de Estados Unidos, George W. Bush, quien según los líderes ''viene a darle instrucciones al gobierno panista y a cobrarle la factura de su apoyo en las pasadas elecciones''.
''El switch abajo en defensa del salario''
Entre varias consignas, los contingentes salieron de cinco puntos de la ciudad para refrendar que la lucha por la recuperación salarial ''apenas empieza'' y no permitirán la privatización de los energéticos ni de la seguridad social. También se manifestaron por que se frene la carrera inflacionaria ''silenciosa''.
La jornada de ayer fue una avalancha de reproches a los primeros cien días de esta administración federal. Una manta rezaba: ''Mexicano, sonríe, Calderón ganó (?), los productos básicos subió y al pueblo se fregó''.
Los ánimos se encendieron aún más cuando el secretario general del SME, Martín Esparza, dijo que las utilidades de 50 mil millones de dólares que el gobierno tuvo el año pasado por los altos precios del petróleo, fueron gastados en su mayoría en las campañas electorales y no se utilizaron para generar fuentes de empleo; también hubo enojo cuando habló de que las carreteras rescatadas se van a regresar a la iniciativa privada, y señaló que mientras es una ''ofensa'' para los patrones que se pida un aumento salarial de emergencia, éstos ''no tienen misericordia para incrementar los precios'' de todos los productos. La respuesta de la multitud fue contundente: ''¡Qué poca madre!''
Desde el templete, Artemio Ortiz, dirigente de la sección 18 Michoacán del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, lanzó una propuesta para reafirmar la unificación de las luchas sindicales y que las organizaciones tomen medidas más radicales si el gobierno no voltea los ojos hacia el pueblo. Habló de paralizar instituciones y empresas, servicios médicos del ISSSTE y el IMSS, e inclusive cerrar vías de comunicación para frenar la ''embestida antiobrera del régimen''.
En esta protesta también estuvieron representantes de la Alianza de Tranviarios, del sindicato minero, de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca, del Frente Popular Francisco Villa, de las viudas de Pasta de Conchos, y otras como la Organización Nacional del Poder Popular y del Movimiento Ciudadano Obradorista, así como agrupaciones feministas que en el Día Internacional de la Mujer hablaron de la desigualdad que persiste en el ámbito laboral para las trabajadoras.
La manifestación también contó con performances. Un trabajador amarrado a una cruz de madera, y que fue paseado por toda la plaza, encarnaba el sacrificio por los bajos salarios. En lo alto de la cruz, en vez de la leyenda ''INRI'' se leía ''Tope Salarial''. Deambularon también por el Centro Histórico un Bush panzón, un Calderón con uniforme militar, un luchador con máscara del SME, varios ''hombres-foco'' que demandaban 19 por ciento de incremento salarial para los electricistas, además de varios trabajadores encadenados y otros que cargaban reproducciones de torres de Pemex ''en venta''.
La patria es primero
Cuando la concentración se encontraba en su apogeo, el secretario del Exterior del SME, Fernando Amezcua, pidió a los asistentes que abrieran una ''brecha'' entre Palacio Nacional y el asta-bandera, para que se realizara la ceremonia oficial de arriar el lábaro patrio. Así, en ese momento de la tarde, de las rechiflas a Calderón, a Fox, a Bush y a Elba Esther Gordillo, la multitud pasó a un respetuoso silencio.
Entre 15 y 20 minutos, los manifestantes aguardaron a que se llevara a cabo el acto, esta vez realizado por marinos y no por soldados. No hubo un solo silbido ni una consigna. Los miles de trabajadores reunidos esperaron, abrieron espacio y hasta que terminó la ceremonia reiniciaron los gritos, como si no hubiesen sido interrumpidos. Más tarde, en diez camiones, los elementos de la Secretaría de Marina abandonaron el Zócalo.
A ocho días de que venza el emplazamiento a huelga del SME, Martín Esparza cerró su discurso refiriéndose a la posibilidad de una huelga en Luz y Fuerza del Centro, y lanzó una pregunta a los directivos de la paraestatal: ''¿Cómo quieren arreglar la negociación? ¿Con luz o sin luz?'', porque, según dijo, están dispuestos a ''bajar el switch'' porque los trabajadores de este sector, y de todos, se merecen el mismo aumento que se les dio a los militares. ''Si nos quieren provocar y llevar a la huelga sepan que estamos preparados'', advirtió el dirigente de los electricistas.