Las pláticas empezarán el 15 de marzo y se espera que terminen el 31 de julio, dice el IMEF
Se negociará la reforma fiscal con igual esquema que el TLCAN
Buscan seguir la tendencia internacional de gravar el consumo de alimentos y medicinas
Carstens considera acabar con regímenes especiales, así como combatir la elusión y evasión
Ampliar la imagen El secretario de Hacienda, Agustín Carstens, en una presentación realizada en Los Pinos, el pasado 23 de enero Foto: José Carlo González
La negociación de una reforma amplia del sistema fiscal y hacendario, una de las mayores apuestas políticas del actual gobierno, y en la que fracasaron las dos administraciones federales pasadas, empezará el 15 de marzo con un esquema similar al de las pláticas que culminaron con la concreción del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).
El espacio de negociación estará en el Congreso, con representantes de todos los partidos y del Ejecutivo federal. En un ''cuarto de al lado'' se integrarán especialistas de diversas instancias públicas y privadas, así como los grupos que representan intereses del sector empresarial, según información obtenida por este diario.
''Los trabajos iniciarán el 15 de marzo (próximo) y se espera que el 31 de julio terminen las reuniones de discusión de la reforma fiscal'', comentó ayer Carlos Cárdenas Guzmán, presidente del comité nacional de Estudios Fiscales del Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF), quien estará presente en esas discusiones.
El actual secretario de Hacienda, Agustín Carstens Carstens, ha insistido desde que tomó posesión del cargo el primero de diciembre pasado -e incluso lo planteó cuando fue responsable del equipo económico del gobierno de transición- que uno de los principales objetivos de la actual administración es concretar una reforma amplia del sistema fiscal.
No es un intento nuevo, y parte de una necesidad reconocida por amplios sectores del espectro político y social: los ingresos del Estado, sin incluir los generados por la renta petrolera, equivalen a 15 por ciento del producto interno bruto (PIB), menos de la mitad del promedio de los países que integran la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, que es de 36 por ciento del PIB.
Los gobiernos de los ex presidentes Ernesto Zedillo y Vicente Fox plantearon en su momento una reforma fiscal. En ambos casos la negociación fue infructuosa o ni siquiera superó los primeros pasos. Las dos administraciones propusieron un esquema que reducía la carga impositiva a las inversiones y ganancias mediante la baja paulatina en las tasas del impuesto sobre la renta, a la vez que elevaba los impuestos indirectos, en especial al consumo de alimentos y medicinas, que hoy tienen tasa cero, a través del impuesto al valor agregado.
En diversos foros, el secretario Carstens ha expuesto que la idea que el actual gobierno tiene de una reforma fiscal considera acabar con los regímenes especiales que disfrutan varios sectores de actividad empresarial; combatir la elusión y evasión fiscales, y hacer más eficiente el uso del presupuesto de la Federación. No ha sido explícito acerca de si la actual administración propondrá gravar con IVA, cuya tasa actual es de 15 por ciento, el consumo de alimentos y medicinas.
Invitaciones al ''cuarto de al lado''
''La negociación de la reforma será en el Congreso, en un esquema similar al que se siguió en la negociación del TLCAN'', entre México, Estados Unidos y Canadá, comentó ayer Cárdenas Guzmán. El directivo del IMEF dijo que por un lado estarán los representantes del Congreso, que son quienes finalmente deben aprobar la modificación de las leyes fiscales, ''y en un cuarto de al lado'' los expertos. Comentó que las invitaciones para participar en las negociaciones han comenzado a ser cursadas.
La discusión partirá de un diagnóstico elaborado por el Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados. Ese documento, que ya está concluido, no hace propuestas ni recomendaciones de reforma, sino que documenta lo que ha ocurrido en otros países y profundiza en el diagnóstico del actual sistema tributario.
Ese documento ''sería punto de partida para recibir la retroalimentación correspondiente y estar en posibilidad de precisar análisis más específicos que ayuden al proceso de deliberación y acuerdos, a efecto de contar con una agenda temática sobre la cual establecer bases objetivas para la elaboración de las iniciativas'', comentó Cárdenas Guzmán.
El directivo del IMEF dijo que en ese documento se plantean ''tendencias de la reforma fiscal'' a partir de experiencias en otras naciones, y se indica que las reformas de los sistemas tributarios tienden a reducir las tasas impositivas a la inversión (bajar el ISR) y privilegian la recaudación a través de impuestos indirectos, como es el IVA.
-Quizá esa sea una fórmula técnicamente impecable, ¿pero es conveniente en una sociedad con las desigualdades sociales que tiene México?
-Es un punto entendible. Por eso, es conveniente seguir la tendencia mundial pero sin descuidar a la población más pobre -respondió Cárdenas Guzmán.
''Puede diseñarse una canasta de productos básicos sin IVA, porque como está ahora el sistema el beneficio beneficia por igual a ricos y pobres'', dijo.
También planteó que la reforma debe avanzar en reducir la evasión y aumentar la recaudación a través de impuestos indirectos, ''y ello complementarse con un mejor uso y vigilancia del gasto público''.