Usted está aquí: lunes 12 de marzo de 2007 Opinión Bush, un peligro para México

Carlos Fazio

Bush, un peligro para México

El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, visita México. Según Kevin Phillips, autor de Dinastía estadunidense: aristocracia, fortuna y la política del engaño en la casa Bush, el actual inquilino de la Casa Blanca es miembro de "una de las familias más taimadas, corruptas y antidemocráticas" que se han visto en los últimos 100 años de la historia estadunidense. No se trata sólo de "la ausencia ordinaria de ética en los negocios o de corrupción financiera"; cuatro generaciones en la construcción de una dinastía han imbuido el "hambre" de la familia Bush por el poder y las prácticas de un "capitalismo de compadres" con arrogancia moral.

Junto con los Rockefeller y los Kennedy, el clan Bush, salpicado por una historia de conjuras, complicidades, corrupción, hermanos incómodos, dinero sospechoso y el uso del poder para fines propios, es uno de los más poderosos de Estados Unidos en el pasado medio siglo. Ha construido su poder mediante una red de asociaciones con intereses petroleros, contratistas militares, agencias de inteligencia y el aparato de seguridad nacional. Desde 1952, cuando Prescott Bush fue electo en el Senado estadunidense, la famiglia ha tenido por lo menos a uno de sus miembros en algún alto puesto gubernamental de manera continua. Durante la Segunda Guerra Mundial, el abuelo del actual presidente formó parte de un grupo de políticos, empresarios y banqueros que financiaron la maquinaria de guerra nazi, mientras sacaban enormes ganancias. Prescott Bush era socio de una compañía petrolera de Texas y fue sancionado por el gobierno estadunidense por violación al Acta de Comercio con el Enemigo al gestionar una considerable venta de combustible para la Luftwaffe, la fuerza aérea alemana, que estaba devastando desde el aire a media Europa.

Según Webster Tarpley y Anton Chaitkin, autores de George Bush: biografía no autorizada, la irresistible ascensión hacia el poder de Adolfo Hitler en la Alemania nazi podría haber sido "pagada, armada y adiestrada por camarillas de Nueva York y Londres, uno de cuyos directores ejecutivos era Prescott Bush". Aunque la Standard Oil, el Chase Manhattan Bank de Rockefeller y grandes constructoras de automóviles estadunidenses financiaron a los nazis, los intereses de Prescott Bush "fueron mucho más profundos y siniestros", escribió Victor Thorn en un artículo publicado en Babel Magazine para el primer aniversario de los atentados contra el World Trade Center. El actual titular de la Oficina Oval, así como su padre, George Bush, ex director de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), vicepresidente y presidente, llegaron a la cumbre de la jerarquía política estadunidense porque su bisabuelo (Samuel Bush), su abuelo (Prescott) y su familia política (George Herbert Walker, suegro de Prescott) ayudaron y alentaron a los nazis. "Los amigos de Prescott Bush -los traidores de Wall Street que financiaron a Hitler- son los mismos que luego iban a catapultar a George Bush senior al puesto de director de la CIA en los años 70 e instalarle a él y a su hijo, en la Casa Blanca", afirma Thorn.

Informes oficiales demuestran cómo George Bush padre, vinculado con el Grupo Carlyle, uno de los principales holdings del complejo militar-industrial y constructor de la geopolítica petrolera del clan, desarrolló una relación de negocios con el gobierno de Kuwait. De hecho, en su primera campaña para el Senado, en 1964, fue calificado por su adversario como "empleado" del jeque de Kuwait. Luego, como director de la CIA, desarrolló íntimos vínculos con los servicios de inteligencia de Arabia Saudita y el gobierno del sha en Irán. También se le vincula con la familia de Osama Bin Laden, dueña de una de las principales constructoras de Arabia Saudita y con el escándalo Irán-contras. Inició sus vínculos con México en 1953, cuando fundó la Zapata Petroleum Corp. y se hizo amigo de Jorge Díaz Serrano y Raúl Salinas Lozano. Después, con Carlos Salinas de Gortari forjaría el "espíritu de Houston".

Cuando Arbusto, empresa fundada por el actual presidente, enfrentaba la bancarrota en 1979, dos sauditas ricos otorgaron inversiones vitales, utilizando fondos que Phillips sospecha que se originaron con familiares de Bin Laden. En los años 80, Jeb Bush, actual gobernador de Florida y hermano del presidente, estuvo activamente involucrado en los negocios de bienes raíces y trabajaba con miembros de la contra nicaragüense y cubanos vinculados con la CIA. A su vez, el hermano de papá Bush, William, es director de Engineering Support Systems Inc., proveedor de artículos militares de alta tecnología. Tío Bill hace lucrativos negocios con el Pentágono de su sobrino Georgie y esa nueva oportunidad para las inversiones, el Departamento de Seguridad Interior.

El mandatario visitante encabeza un gobierno de los ricos, por los ricos y para los ricos. En lo que va de sus dos periodos de gobierno se ha servido del cargo para seguir amasando fortuna para su famiglia. La "guerra al terrorismo", las invasiones a Afganistán e Irak, la neonazi Ley Patriótica en Estados Unidos fortalecen los negocios del clan Bush. Igual que el muro, la militarización de la frontera con México y la Alianza para la Seguridad y la Prosperidad de América del Norte. Además, como principal operador del cártel petrolero-gasero texano conformado por las trasnacionales Exxon-Mobil, Halliburton, Enron y El Paso Corporation, ha repetido que México es una "fuente primordial" para garantizar la "seguridad energética" de Estados Unidos. Por lo que insiste en que se debe privatizar Pemex, con la mira puesta en las reservas de gas natural de Burgos, Sabinas y Pedregosas, y la producción petrolera en aguas profunda del Golfo de México, frente a Texas, los dominios del clan Bush.

 
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