Hubo tres manifestantes y once policías golpeados
Protesta en la embajada de EU termina en reyerta
Ampliar la imagen Individuos no identificados arremetieron contra la policía durante una manifestación de repudio a George W. Bush, frente a la embajada de Estados Unidos Foto: Reuters / Jennifer Szymaszek
La embajada de Estados Unidos fue escenario del repudio que generó la visita
de George W. Bush a México. Cientos de estudiantes, integrantes de organizaciones sociales, políticas y sindicales marcharon desde el Hemiciclo a Juárez para realizar una protesta, pero varios darketos y "grupos de choque" provocaron un enfrentamiento con granaderos.
Tres manifestantes heridos, otros tres presentados ante el Ministerio Público y 11 policías golpeados fue el resultado de más de una hora de intercambio de pedradas y corretizas, que terminaron cuando los policías dispararon gases lacrimógeno y pimienta. Los hechos ocurrieron la tarde de ayer, durante las protestas por la visita
de George W. Bush, frente a la embajada estadunidense, que fue custodiada por decenas de granaderos que arremetieron contra los manifestantes cuando éstos derribaron parte de una valla de contención.
Bajo una lluvia de pedradas, los granaderos golpearon a un individuo, con tipo de darketo, que se montó en la valla y azuzaba a los demás a subir. Otro hombre intentó romper la banqueta con una coladera; los policías lo impidieron, pero fueron perseguidos por la turba y golpeados con tubos.
Los guardias se refugiaron detrás de la valla que rodeaba la embajada, y en su carrera provocaron la desbandada de manifestantes, mientras desde el templete se llamaba a la "calma". Entonces los grupos de inflitrados arrancaron los cables y dejaron sin sonido el mitin.
Los granaderos arrojaron otra descarga más fuerte de gases y originaron otra estampida de civiles. En esta acción al menos tres manifestantes resultaron golpeados y otros tantos fueron aprehendidos.
Nadie atendía los discursos de las organizaciones convocantes que cuestionaban las intenciones de la visita de Bush y decidieron clausurar en forma simbólica la cancillería mexicana y la embajada, e inclusive anunciaron la realización de un plantón permanente.
Los manifestantes se dividieron. Por un lado, representantes del Movimiento Ciudadano Obradorista, la Alianza Social Continental, del Sindicato Mexicano de Electricistas, de la Unión Nacional de Trabajadores y del Comité 68, que criticaron la política bélica "yanqui" y le pedían "dignidad" al gobierno mexicano. Por otro, los grupos que se empeñaban en enardecer los ánimos.
La manifestación "se salió de control", reconocieron los organizadores. Se perdió el sentido de la movilización, que es repudiar a Bush. Las pancartas que señalaban "Fuera el genocida de América Latina", quedaron tiradas y las consignas se silenciaron. Los sindicalistas se fueron y en el aire aún cargado de gases quedó la sensación de que les habían "robado la marcha".
(Con información de Erika Duarte)