Un pasón sonoro y visual
En los anaqueles de novedades discográficas se ha puesto a circular una colección con versiones históricas de uno de los máximos intérpretes de Bach, el alemán Kart Richter, quien al igual que Karajan al frente de la Filarmónica de Berlín y una pléyade de solistas sublimes, entre quienes destacan Peter Schreier, Dietrich Fischer-Dieskau y Christa Ludwig, el maestro Richter arma un trabuco al frente de la Orquesta Bach de Munich con solistas expertos, entre quienes figura también Schreier, además de Ernst Gerold Schramm, Siegmund Nimsgern, Helen Donath y Julia Hamari.
Además de que se trata de una filmación ex profeso de La Pasión según san Mateo, la versión de Richter es superior exponencialmente por su capacidad expresiva, su potencia de abstracción y la consecución de fines dramatúrgicos sin sucumbir en teatralidad forzada, como en la que incurre Karajan. Por el contrario, Richter mantiene una sobriedad alucinógena que permite mostrar el esplendor de esta música sublime al mismo tiempo que narra una historia.
Destaca el trabajo de iluminación que rinde efectos de amaneceres, ocasos, claroscuros y atmósfera de ensueño, irrealidad, cosmos ardiente. La disposición geométrica del doble coro se mueve con una pasmosa velocidad infinitesimal y forma consecuciones plásticas que maravillan. Arriba de todos, una cruz en el estilo de Salvador Dalí gobierna el desplazamiento de los sonidos canoros, las florituras instrumentales, el misterio de los oboes y toda la gloria de una música gloriosa. Salve.