Usted está aquí: lunes 19 de marzo de 2007 Espectáculos Diálogo sonoro en el Metropólitan de Béla Fleck and The Flecktones

Ofrecieron dos conciertos de bluegrass, jazz y rock

Diálogo sonoro en el Metropólitan de Béla Fleck and The Flecktones

ARTURO CRUZ BARCENAS

Ampliar la imagen Victor Wooten y Béla Fleck, durante su actuación anterior en México, en el Teatro de la Ciudad Foto: Archivo

En los dos conciertos del pasado sábado, en el teatro Metropólitan, el grupo Béla Fleck and The Flecktones estableció como su idea de la música, de manera tajante, el diálogo: de los músicos con el público, del banjo con el bajo, de éste con el saxofón o las percusiones. De ida y vuelta, o en zig-zag. También mostraron su capacidad interpretativa en solos de varios minutos que emocionaron hasta provocar gritos incontenibles de respeto por el talento. "Come together, ¡right now!", en una versión trascendente y simbólica.

A las cinco en punto, en la primera de las presentaciones, entraron al escenario Béla, Roy y Victor Wooten, y Jeff Coffin, la química musical ganadora del Grammy en la categoría de mejor álbum de jazz contemporáneo. Abrieron con Frontiers. Una emoción envolvió el ambiente. En Longing llevó la música a un nivel macro. En Rococó, Roy Wooten hizo un solo de batería que mostró su enorme fuerza. Con una sola bataca en la mano derecha fue ágil, versátil.

En Futch, Coffin jugó con el sonido de dos saxofones, el cual por momentos fue muy diáfano. El diálogo entre banjo y bajo terminó en bella charla sonora.

Con Throwdown, Roy Futureman y Fleck mostraron su virtuosismo. AM Latin, con un solo de Victor que fue un dechado de técnica. Luego de estar solo con su instrumento, regresaron sus compañeros y el complemento fue la armonía de una bandota. Vic fue una continuación de imaginación. Amberjack, sublime, sencillamente sublime. Son cuatro estilos en un proyecto desarrollado por cuatro amigos que abordan otras ideas de manera individual. Para demostrarlo, tocaron Subterfuge.

"Estamos de nuevo en México y pronto regresaremos", expresó Béla, quien en la siguiente pieza hizo un solo de banjo que lo reafirmó como el mejor en ese instrumento, hoy día. En algunos cambios los gritos de varios asistentes salieron espontáneos. Al final, un aplauso de pie fue la recompensa. "¡Es el señor Béla Fleck!" En algunos pasajes, el sonido de su banjo remitió a atmósferas medievales.

Con Stomp mezclaron country, rock y eso que se llama bluegrass, cuyo resultado es el eclecticismo. Eran las siete de la noche y tras dos horas el respetable no quería irse. Las luces del teatro no se prendían y eso hacía abrigar la esperanza de que regresarían una vez más. Pero no regresaron, sino hasta la segunda función, a las nueve de la noche.

Algunos niños aplaudieron en varias piezas. Preguntaban que de dónde salía el sonido de la batería. Sus papás les explicaron que el inventor y músico Roy Wooten, con el sobrenombre extravagante de Futureman, es creador del synthaxe drumitor, artefacto que interpreta la batería del grupo, dotándolo de una peculiar resonancia. En sus instrumentos, Roy conjuga arte y ciencia. Más historia, tanto la familiar como la social.

Afuera, la venta de discos "del concierto", híper piratas, estuvo en su apogeo. The Best, a 50 pesos. "Garantizados. Aquí estamos en cada concierto", dijo el corsario.

 
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