El tiempo en Antonio Machado
''Los que buscamos en la metafísica una cura de eternidad, de actividad lógica al margen del tiempo, nos vamos a encontrar... definitivamente cercados por el tiempo", dijo Antonio Machado y recordando su nostalgia de razón de otras veces mira no sin recelo ese ''nuevo humanismo'' tan humilde y tristón como profundamente embullido en el tiempo.
''Esto en esencia es la misma crítica que hace a Heidegger Alphonse de Waclhens y hacen otros cuando afirman que Heidegger en verdad cierra el camino a toda verdadera metafísica". Pero es claro que esa misma crítica podría aplicarse al propio temporalismo de Machado, a su propia metafísica, donde tanto se aleja de toda actividad lógica.
Lo señala Antonio Sánchez Barbudo (Estudios sobre Galdós, Unamuno y Machado, Editorial Lumen). Se pregunta ''¿Qué es la metafísica?" y el concebir el tiempo como genuino horizonte de toda comprensión y toda interpretación del ser a que se alude en -ser y el tiempo- no son en verdad sino dos aspectos de una misma concepción.
De otro modo, se pregunta Sánchez Barbudo, podría uno cuestionarse: ¿En qué quedamos? La base para la comprensión del ser es el tiempo o es la nada que no son sino dos aspectos de lo mismo.
No se habla en verdad mucho de la nada en El ser y el tiempo ni mucho del tiempo en Qué es la metafísica. Pero, ¿nos preocuparíamos acaso de la nada si no fuera por el tiempo? Y, al contrario, nos preocuparíamos del tiempo si no fuera por el temor a la nada.
La angustia de que habla Heidegger (para Sánchez Barbudo) en su obra fundamental ''angustia de ser en el mundo'', angustia pura, por nada, en que descubrimos nuestra posibilidad de ser, ese impulso vital hacia el futuro que no acaba sino con la muerte que es angustia por el tiempo.
El los bellos versos de Machado: ''Al borde del sendero un día nos sentamos,/ Ya nuestra vida es tiempo, y son nuestra sola cuita/ son las desesperantes posturas que tomamos/ para aguardar... Más Ella no faltará a la cita":
Dice Joaquín Verdú de Gregorio: ''Pretende el ser caminante desviar su destino, sentarse, descansar para distanciar el final de 'su tiempo'. El tiempo que irremediablemente y matemáticamente, conduce a la muerte. El hombre aguarda, no desea identificarse con esta temporalidad y queda parado frente al tiempo que inexorablemente transcurre. Más en su pararse queda aterrado ante la imposibilidad del descanso, de la pausa. Desesperado, encerrado en su pena -su cuita- se le ahoga e impide toda trascendencia". Tal como dice Verdú, esta sensación del ser ante la muerte parece anticipar el pensamiento heideggeriano, ''pues la visión del ser en el poema machadiano es la de la muerte, pero, pese a ello, tanto para el poeta español como para el pensador alemán, el ser no debe quedar, ante la angustia de la muerte, inmóvil, aterrado, sino que debe continuar su movimiento y, en términos poéticos de Machado, su camino.
''¿Y ha de morir contigo el mundo mago/ donde guarda el recuerdo/ los hálitos más puros de la vida,/ la blanca sombra del amor primero,/ la voz que fue a tu corazón, la mano/ que tu querías retener en sueños,/ y todos los amores/ que llegaron al alma, al hondo cielo?"