Reitera medio británico que reprodujo las palabras textuales del músico
Desmiente vocero de los Stones que Richards hubiera inhalado las cenizas de su progenitor
Ampliar la imagen "Sólo trataba de decir qué tan cercanos éramos mi padre y yo", afirmó el guitarrista, de sombrero en la imagen Foto: Ap
Londres, 4 de abril. Cuando Ozzy Osbourne aspiró una línea completa de hormigas vivas, al tiempo que aspiraba cocaína, todo Londres se rió. Y luego, sobre Keith Richards se decía: "inhaló las cenizas de su padre".
Hoy pareció que el rumor se confirmaba como real. La revista musical New Musical Express (NME), que publicó este miércoles una entrevista con el cantante, sostuvo que Richards confesó: "¿Qué es lo más disparatado que inhalé en mi vida? A mi padre".
Pero en el transcurso de la jornada parece que a alguien le dio miedo, ya que el portavoz de los Rolling Stones, Bernhard Doherty, dijo que en la declaración de Richards "sólo había una broma. La gente no tendría que creer todo lo que lee en el diario".
Luego, salió el propio Richards a decir que todo fue un error. "Trataba de decir qué tan cercanos éramos Bert y yo". Sin embargo, la publicación sostuvo que las palabras del músico fueron reproducidas correctamente.
Keith heredó de Herbert William Richards -apodado Bert- una potente nariz y sus ojos oscuros. Algunas fotos muestran al rockero del brazo de su canoso progenitor.
La macabra y chocante confesión del veterano rockero de 63 años no opaca el hecho de que Keith adoraba a su padre, a pesar de que sostuvo con él una larga pelea por el divorcio de su progenitora.
Bert murió en 2002, a los 84 años. "Fue incinerado y simplemente no me pude resistir a mezclarlo con un poquito de cocaína", habría dicho el guitarrista de los Rolling Stones, según la publicación NME.
"A mi padre no le hubiera importado. Le habría dado exactamente igual", agregaba el reporte. Para los diarios sensacionalistas londinenses la historia fue hoy tema de portada.
Y así se demuestra una vez más que los ingleses tienen una relación muy singular y cordial con el humor negro. Ningún periódico consideró irrespetuosa la posibilidad de que Richards hubiera inhalado las cenizas de su padre y las hubiera mezclado con cocaína.
El músico, que en los 60 y 70 ocupaba espacios en la prensa por sus excesos con las drogas, sostuvo: "Me he metido cosas mucho peores".
"Durante diez años encabecé la lista de quienes previsiblemente morirían pronto", reconoció el músico, que desde el principio es el guitarrista inconfundible de los Rolling Stones.
"Muchos médicos me dijeron que me quedaban seis meses de vida, pero yo fui a sus funerales".
Lógicamente, nunca estuvo solo con sus adicciones en el mundillo del rock londinense. Son legendarias las fiestas de Freddie Mercury, líder de la banda Queen, en las que hacía servir el polvo blanco en bandejas de plata, las cuales eran llevadas por sirvientes desnudos.
Londres sigue siendo hasta hoy la capital de las estrellas consumidoras de cocaína, lo cual es motivo de dolor de cabeza frecuente de Scotland Yard, no sólo desde que la supermodelo Kate Moss fuera fotografiada consumiendo en una fiesta de varios famosos.
Los Rolling Stones harán una gira por Europa en junio próximo. El año pasado, el tour se interrumpió cuando Richards tuvo que ser intervenido supuestamente por caerse de una palmera en las islas Fidji.