Necesario, que el gobierno mexicano respete las decisiones soberanas de la isla
Complejo, restablecer en forma total relaciones con Cuba, afirma Iruegas
Fue deliberado el enfrentamiento con esa nación durante el sexenio foxista, asegura
Ampliar la imagen Gustavo Iruegas, secretario de relaciones internacionales del "gobierno legítimo" Foto: Cristina Rodríguez
Para lograr el restablecimiento total de las relaciones con Cuba es necesario echar mano de las herramientas de la diplomacia, pero hacerlo a fondo, no sólo en las formas, advirtió Gustavo Iruegas, secretario de relaciones internacionales del "gobierno legítimo" de Andrés Manuel López Obrador.
No se trata, insistió, de la "diplomacia de las formas, protocolar. Estamos hablando de la palabra respeto en el sentido más profundo, no estamos hablando simplemente de cortesías. Estamos hablando de que México respete las decisiones internas y soberanas del gobierno cubano, de que respete la revolución de ese país".
En entrevista con La Jornada, el ex subsecretario de Relaciones Exteriores de México hizo un balance de las relaciones con la isla, y opinó que con Vicente Fox "hubo torpeza en política exterior".
Consideró que el enfrentamiento con Cuba fue deliberado: "ya había en el ánimo de Jorge Castañeda (canciller en el inicio del foxismo) dañar una relación, porque él tenía el poder para hacerlo".
Descartó que el aumento de la migración cubana vía México sea "un problemas de seguridad nacional", y agregó que es "muy difícil" que el gobierno de Felipe Calderón pueda restablecer el estado que tenían las relaciones. "En muchas cuestiones el fondo es lo importante; la forma a veces afecta el fondo, pero si la forma afecta el fondo, entonces es nuevamente de fondo de lo que estamos hablando".
Se ignoran razones del enfriamiento
Iruegas es uno de los diplomáticos mexicanos que más conocen sobre las relaciones con Cuba, y sus respuestas acerca del tema son contundentes:
-Usted ha señalado que la política del sexenio pasado abandonó los motivos de Estado que tenía la política exterior, y el desempeño de ésta fue torpe; en especial se habló de la pérdida de liderazgo en América Latina y de la renuncia a la doctrina Estrada. ¿Sigue pensando lo mismo o su balance ha cambiado?
-Se hubiera esperado que este gobierno (el de Calderón) comprendiera la motivación de fondo del enfriamiento en las relaciones diplomáticas entre México y Cuba. Parece ser que consideran que se trata sólo de las descortesías que se ocasionaron en diversos momentos, pero digamos que los dos más importantes fueron la cuestión de la conferencia de Monterrey y, luego, la difusión por el gobierno de Cuba de la conversación de Fox con Fidel Castro. Después de eso vino, ya habiéndose retirado Castañeda, el terrible asunto que se inició con la deportación de Ahumada.
"Aquí a las autoridades les hubiera gustado un larguísimo proceso de extradición y, como en algún momento se aclaró (...) el deportado se benefició de que no lo juzgaran por otras cosas. Esa cuestión fue, digamos, el punto también más alto."
Luego se realizó "una comparecencia conjunta desproporcionada de los secretarios de Relaciones Exteriores (Ernesto Derbez) y de Gobernación (Santiago Creel), que decidieron expulsar al embajador Jorge Bolaños y a otro funcionario. Y después de un tiempo se empiezan a ver las consecuencias, las reacciones..."
-Usted conoce desde dentro la cronología de ese desastre diplomático con la isla. ¿Cómo y por qué se inició este alejamiento con Cuba?
-La relación más importante de México, por las consecuencias que tiene, es con Estados Unidos, y a partir del Tratado de Libre Comercio (de América del Norte) pasó de ser importante a ser estratégica porque se vinculó el objetivo nacional del desarrollo a la relación comercial con Estados Unidos. Entonces, la estrategia de desarrollo de México está vinculada a la relación con Estados Unidos. Por eso es estratégica, y sólo por eso, y es la única con ese carácter, las demás tienen otro.
"Además de las relaciones de familia con América Latina, hay dos que son especiales: las existentes con Cuba y con España, por la misma razón, por el vínculo, el origen, el torrente de episodios compartidos, buenos y malos. Que la relación sea especial no hace que sea siempre buena. Lo que hace es que sea muy poderosa y, a pesar de malos momentos, se mantiene, porque principalmente son relaciones de pueblo a pueblo, antes que de gobierno a gobierno.
"Tuvimos magníficas relaciones con la república española, y luego pésimas con el gobierno de Francisco Franco, y, sin embargo, la comunicación entre los pueblos nunca se rompió. Y así ha sido con Cuba a lo largo de muchos años, con o sin revolución. Esa relación tiene ese peso. Las relaciones entre los dos países también son un asunto de política interior, no nada más de política exterior."
-¿Hubo premeditación del gobierno de Fox en el enfrentamiento con Cuba?
-Sí. Lo he dicho. Antes de que pasara todo, ya había en el ánimo de Jorge Castañeda dañar una relación, porque él tenía el poder para hacerlo y, aunque había sido amigo de la revolución o de muchos ex funcionarios durante mucho tiempo, había enfriado y chocado con esta relación. Mientras, se mantenía esa situación curiosa en la que Jorge quería agredir, lastimar a la revolución y, al mismo tiempo, le tenía pánico a Fidel Castro y a los actos de la revolución, a las dos cosas.
-¿En ese contexto estuvo aquel discurso de Castañeda en la inauguración de un centro cultural en Miami, en el que anunciaba puertas abiertas en la embajada de México para los cubanos?
-Eso fue parte del asunto, ya habían pasado cosas: programas de televisión en Cuba en que lo tomaban a él (Castañeda) como el sujeto del programa, lo atacaban, porque él había tomado actitudes en Ginebra (en la votación sobre los derechos humanos) contra Cuba.
"Entonces, ya eso se había venido construyendo, esa mala relación. La actitud en el instituto cultural en Miami cuando menos fue desafortunada de su parte; me atrevería a pensar que fue deliberada. Sus declaraciones fueron usadas por Radio Martí para hablar, manipulando la información, de que México anunciaba que estaba abierta la puerta de la embajada, un poco recordando la situación con Perú que condujo a la llegada de miles de personas a asilarse en la embajada de ese país."
-¿Es previsible el restablecimiento total de relaciones entre ambos países?
-Si Cuba es como la conozco, va a sostener una posición de principios, de que México respete las decisiones internas y soberanas del gobierno cubano, respecto a la revolución, respecto a estos asuntos internacionales, como derechos humanos, y en cualquier conflicto. Si eso cambia, bueno, no sé, pero me parece muy difícil.
"No creo que estas cosas se arreglen a partir de una invitación a una cena. 'Te invito a esta fiesta', etcétera. No, hay un asunto de principios. Por ejemplo, nosotros tenemos una relación desarreglada con Venezuela, pero México representa en América Latina a la derecha, digamos casi la extrema derecha. Venezuela responde entonces al otro lado, a la izquierda.
"La necesidad de resolver las relaciones con Venezuela depende de ese fondo, de que los dos tienen posiciones opuestas, de fondo, políticas, importantes.
"En México tenemos una actitud frente a los derechos humanos y a las políticas internas de Cuba que la isla no está dispuesta a aceptar. Cuba es un gobierno revolucionario que depende principalmente de la moral revolucionaria."