Se negó a denunciar los amagos ante las autoridades
El comunicador recibía amenazas de muerte en su teléfono celular
Ampliar la imagen En la calle La Paz, a unos metros de instalaciones policiacas, fue asesinado el reportero Amado Ramírez Foto: Gonzalo Pérez
Acapulco, Gro., 6 de abril. Pocos noticiarios radiofónicos de Acapulco transmitieron este Viernes Santo. Por la mañana, Amado Ramírez Dillanes, director y conductor de Al Tanto, me habló para decirme que tal vez no asistiría al informativo, que me hiciera cargo del micrófono, como lo hacíamos al alimón desde hace más de dos años.
Sin embargo, cinco minutos después de las seis de la tarde, cuando ya se habían dado los adelantos de las noticias, Amado Ramírez llegó con la respiración agitada, tras subir los tres pisos del edificio Nik, donde se encuentran las instalaciones del grupo Radiorama de Televisa Radio, a un lado del zócalo acapulqueño.
Durante el día el también corresponsal de Noticieros Televisa había realizado notas sobre el arribo de turistas a este puerto para todos los espacios informativos de esa empresa y sobre un asalto a una joyería en el hotel El Mirador, ante la mirada de centenas de turistas nacionales y extranjeros.
"Había centenas de visitantes, pero ningún policía en el lugar", comentó al aire Ramírez Dillanes. "Cómo era posible que se realizara un asalto en una zona tan concurrida y a plena luz del día", cuestionó. "Seguramente la policía debería saber quiénes eran los responsables", respondí.
Recordamos declaraciones del secretario de Protección y Vialidad del municipio, Juan Carlos Moreno, al noticiario Al Tanto, en días pasados. Afirmó que al menos 10 comandantes de la Policía Preventiva tenían vínculos con el hampa, y ponía en alerta a la ciudadanía.
Se comentaron las declaraciones del arzobispo de Chilpancingo, Alejo Zavala, quien condenó el proyecto de ley de las uniones ciudadanas. Recordamos que nada había dicho contra los pederastas. Se comentó de la vieja tradición de los informes gubernamentales y que tenía que ser modernizada esa práctica republicana.
Al aire, Amado recibió una llamada en su teléfono celular, en la cual le informaban que en ese momento, aproximadamente seis y media de la tarde, había una balacera en la colonia Radio Cocos, que se encuentra por el reclusorio.
El hecho fue confirmado más tarde por el reportero Felipe Salinas, quien transmitió desde el lugar, donde informó que se encontraba un cadáver.
Como era día feriado, en el noticiario se comentaron muchas trivialidades y se recibieron llamadas del público. Aprovechamos para enviar saludos a personas conocidas de la Costa Chica oaxaqueña, donde el informativo tiene mucha audiencia y de donde los dos somos originarios. Amado, mi amigo, nació en Tlacamama, Oaxaca. Afectivamente le decía que su gentilicio era mamatlaca.
Al concluir la transmisión nos despedimos con la canción No sé cómo amarlo, de la ópera-rock Jesucristo Superestrella. En el edificio del grupo radiofónico no había más que personal técnico y el guardia. Tomamos sentidos contrarios. Cien metros adelante, al abordar su auto, le dispararon. Todavía corrió, buscó protección en una hostería cercana, pero cayó en la entrada.
Lo que no comentamos durante la hora de transmisión ni en ninguna ocasión al micrófono fue que Amado, desde hace meses, recibía amenazas de muerte en su teléfono celular.
Inclusive, cuando me lo confesó, le dije que lo denunciara ante las autoridades. Aunque se veía que le preocupaba el asunto, manifestaba que no le daba importancia.