Autoridades otorgan inusual subsidio millonario a grandes comercializadores: ANEC
Nuevo tortillazo en mayo, cuando termine el pacto gobierno-empresarios, prevén
Se les fortalece pero no se les condiciona a que bajen precios, advierten
Ampliar la imagen Tortillería de la organización Juan de la Granja, de la Industrializadora de Maíz Mexicano, propietarios de la marca Nuestro Maíz, que elabora sus productos con grano 100 por ciento mexicano, en el municipio de Grajales, Puebla Foto: José Carlo González
Además de no lograr que la tortilla se vendiera a un precio máximo de 8.50 pesos por kilo en todo el país, el Pacto de la Tortilla, suscrito por el gobierno federal con un grupo de empresarios y organizaciones productoras, comercializadoras e industrializadoras de maíz blanco, tampoco resolvió los problemas del sector que dieron origen al alza del alimento en enero pasado.
En cambio, las autoridades liberaron un inusual subsidio millonario para las grandes empresas de la cadena maíz-tortilla (a las que se ha señalado como responsables de haber acaparado el grano en enero y provocar el alza de la tortilla), para que compren la cosecha de Sinaloa, en lugar de crear una reserva de medio millón de toneladas de maíz.
Así que una vez que concluya el acuerdo el 30 de abril, la historia del tortillazo de enero puede volver a repetirse con una nueva alza del precio de la tortilla, advirtió Víctor Suárez Carrera, director ejecutivo de la Asociación Nacional de Empresas Comercializadoras de Productos del Campo (ANEC), que desde la semana pasada vende el alimento a 7 pesos el kilo en zonas marginas del Distrito Federal.
Los subsidios federales, explicó, siempre se han destinado a los pequeños y medianos productores agrícolas. Por ejemplo, los de Sinaloa recibieron 250 millones de pesos. Pero ahora el gobierno calderonista, violando leyes y reglamentos, ''está desviando más de mil 500 millones pesos de los recursos públicos, a través de Sagarpa y Aserca, a unas diez grandes empresas compradoras de maíz, tanto procesadoras de harina como comercializadoras o las del ramo pecuario''.
Lo peor es que además de fortalecer a las compañías más grandes en el sector agroalimentario, no se les pone ningún candado en el subsidio, destinado a los fletes o transportación, ''ni las condiciona a que se comprometan a bajar los precios de sus productos''.
Aumentos a partir de mayo
''Es claro que los factores que desencadenaron el aumento en el precio de la tortilla y de otros alimentos de la canasta básica no se han desmontado; el pacto fue sólo una medida cosmética y mediática de las autoridades. Los impactos a los alimentos siguen y habrá más presión a partir del primero de mayo, no obstante que la cosecha de maíz de Sinaloa es muy buena'', dijo el dirigente al evaluar los resultados del acuerdo.
Incluso recordó que el Consejo Nacional Agropecuario (CNA) ha insistido en que habrá aumentos de entre 15 y 25 por ciento en los precios del huevo, pollo, carne y todos los productos generados en el sector pecuario, pese a que la Secretaría de Economía autorizó el aumento en las importaciones de maíz amarillo.
Si bien aclaró que el incremento en el precio de la tortilla no sería tan grande como el ocurrido a principios de año, calculó que por lo menos será de entre 50 centavos y un peso por kilogramo, respecto al precio de 8.50 fijado en el pacto, para que el precio de la tortilla se generalice a 9 y 10 pesos a partir de mayo, aunque en muchas regiones del país así se vende.
Consideró que las grandes empresas agroalimentarias ''están en un proceso de chantaje extremo ante las autoridades'' porque, principalmente las harineras, sintieron que perdieron mucho con el pacto. Así, amenazan con subir los precios si no reciben subsidios, lo que generaría conflictos para el gobierno y un incremento de la inflación. Sin embargo, en la realidad no hay motivo para más aumentos porque hay suficiente maíz para el consumo interno, debido a que la cosecha de Sinaloa resultó muy buena y se han incrementado las importaciones del grano.
El gobierno, dijo, podría plantear la extensión del pacto pero con alcances limitados, como hasta ahora, pues aunque los supermercados vendan barata la tortilla y su inclusión en los monitoreos oficiales ayude a las autoridades a sostener que el precio del alimento va a la baja, lo que llegan a vender significa menos de 5 por ciento de lo que se comercializa en todo el país.
Prueba de que el alza en el precio de la tortilla ha sido por acaparamiento, abundó, es que 60 mil productores, comercializadores e industriales de maíz de la ANEC se comprometieron desde la semana pasada y hasta diciembre a vender diariamente 10 mil kilos de tortilla a un precio fijo de siete pesos en zonas marginadas del Distrito Federal.
Suárez Carrera aseguró que el programa puede extenderse a otras entidades del país, principalmente del norte y sur, donde la tortilla se comercializa en 10 pesos, como revelan los monitoreos de Profeco, sin que represente pérdidas para los productores porque los costos se abaratan con la eliminación de intermediarios.