No volveremos a tener tortillas a $8: economista
El aumento en el precio del maíz arriesga la estabilidad
El efecto del incremento en el precio del maíz no es un asunto temporal, como previeron las autoridades del Banco de México (BdeM); por el contrario, representa un problema que se mantendrá durante los próximos meses y que pone en riesgo la estabilidad económica y la inflación alcanzada, aseguró Roberto Escalante, director de la Facultad de Economía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
El economista señaló que los aumentos en algunos productos agropecuarios básicos tienen su origen en la falta de una política impulsada por el gobierno federal para apoyar al campo. Esta situación se refleja en la incapacidad para producir los alimentos que la población demanda, y en lo poco que contribuye este sector al producto interno bruto (PIB) nacional.
''El BdeM consideró que los efectos del aumento en el precio del maíz eran temporales, pero todos los días se anuncian incrementos en productos agropecuarios que inicialmente no estaban considerados para resentir un impacto''. El escenario externo consolidará esta tendencia en la parte de granos, lo cual está sustentado en el anuncio de Estados Unidos de incrementar su producción de maíz para producir etanol, dijo el representante de la UNAM.
Explicó que en el sector agropecuario el gobierno federal se ha ocupado de financiar a los productores más ricos del país, hacia los que destina 75 por ciento de los apoyos para el campo. Mientras, a los pequeños productores, la mayoría, sólo se les destina el 25 por ciento restante.
Ante la ausencia de una política agropecuaria para la producción de granos, señaló Escalante, ''podríamos pensar seriamente en impactos inflacionarios y en la necesidad de replantear la política monetaria y de inflación del banco central.
''Lo que se ve es un incremento constante en los llamados commodities, eso quiere decir que no volveremos a tener tortillas por debajo de los 8 pesos; las tiendas de autoservicio pueden ofrecer costos más bajos porque recuperan la pérdida con otros productos'', subrayó.
El campo mexicano requiere mayor inversión, pues su contribución al PIB se redujo en 5 por ciento; los hogares de las zonas urbanas representaron 5.7 veces los ingresos de las familias que viven del agro.
La situación se agrava porque la industria de los alimentos depende de las importaciones. ''La autosuficiencia alimentaria nacional disminuyó de 80 por ciento a menos de 70 por ciento en los últimos diez años, mientras las importaciones aumentan constantemente'', manifestó.