Combinan flora y fauna local con sabores extranjeros
Pizzas de escamoles, en muestra culinaria de Valle del Mezquital
Santiago de Anaya, Hgo., 11 de abril. ¿Pizza rellena de escamoles y flor de garambullo? ¿Pastel de xoconoxtle?
Pues sí. Y también de flor de garambullo y flor de sábila.
La edición 27 de la Muestra Gastronómica de esta región tuvo la particularidad y audacia de quienes se lanzaron a la aventura de combinar platillos internacionales con la flora y fauna propia del Valle del Mezquital.
A estos ya tradicionales platillos (más de 700) se integraron otros de singular manufactura, como la pizza o los pastes rellenos de escamoles.
¿Y para pasar un trozo de pizza con escamoles? Nada más y nada menos que un buen jarro de pulque o un vaso de agua de garambullo. Los comensales más modernos y primerizos en este tipo de aventuras gastronómicas prefirieron una cerveza o refresco.
A diferencia de años anteriores, la muestra-concurso no se realizó en el auditorio de usos múltiples, sino que se aprovecharon la avenida y parte del jardín principal para instalar largas mesas en las que se ofrecían platillos como tlacuache en pipián, xincoyote frito, víbora de cascabel en adobo, escamoles a la mantequilla, chiles rellenos de escamoles o flores de garambullo.
El plato ganador fueron nopales rellenos de flor de garambullo y escamoles, elaborados por Julia Hernández.
La exposición se amplió y duró ocho días (antes sólo se efectuaba sábado y domingo), para dar oportunidad a que más personas la degusten y conozcan. Comenzó hace 27 años, pensada más en una reunión de conocidos que compartirían sus habilidades culinarias con la preparación de platillos comunes -pero muy exóticos para otros- que llegan no sólo de los municipios vecinos, sino de otras entidades y hasta del extranjero.
Otros atractivos
Pablo Mendoza, profesor comprometido con su cultura, y uno de los principales promotores de la muestra, explicó que la condición principal para participar es que los platillos se elaboren a base de la flora y fauna de la región, como flores de maguey, de palma, de garambullo o de sábila, combinadas con especies como el conejo, la ardilla, el xincoyote, el tlacuache y hasta víboras de cascabel.
Los platillos mejor elaborados, más sabrosos, tienen más posibilidades de conseguir un lugar de honor, pero todos, sin excepción, son consumidos por los visitantes, lo que además permite aliviar un poco la precaria economía de los lugareños.